La repentina aparición de una paciente que había sido declarada muerta hace un mes en un hospital del Suburbio de Guayaquil, epicentro de la pandemia en Ecuador, se ha tornado en un ejemplo del deficiente manejo en las morgues hospitalarias en medio de la crisis sanitaria por COVID-19.Los familiares de Alba Maruri Granda, de 74 años y que las autoridades dieron por fallecida el 27 de marzo, han difundido este fin de semana en redes sociales que en realidad la mujer no había perdido la vida, sino que se produjo algún tipo de confusión con su nombre y el de otra persona difunta.Granda había ingresado en el hospital Abel Gilbert Pontón a finales del mes pasado, con un cuadro de fiebre y dificultad para respirar, por lo que era sospechosa de COVID-19. Allí habría perdido la conciencia, y no fue hasta esta semana cuando la recuperó, tras lo cual se identificó y pidió hablar con sus familiares.Sin embargo, los parientes de la supuesta fallecida resolvieron incinerar el cuerpo que les fue entregado en su día por el hospital, e incluso donado parte de sus enseres y ropa tras el desconsuelo de la fatal pérdida."Los doctores fueron a casa de mi tía a corroborar e informar del error. Aún no saben de quién son las cenizas que están en casa", aseguró en una red social uno de los sobrinos de la mujer, Juan Carlos Ramírez.El familiar precisó que pese a las vicisitudes, Granda se encuentra bien y que "los milagros aún existen", mientras que la familia espera ahora que el hospital le devuelva el dinero que pagaron por la cremación del cuerpo de la que pensaban era su tía.El caso sale a la luz tres semanas después de que decenas de personas denunciaran la desaparición de los restos mortales de familiares en morgues hospitalarias de la ciudad, y cobros que les habían exigido funcionarios en los centros médicos a cambio de información sobre los cadáveres.Un trabajador de un hospital fue destituido por el Ministerio de Salud Pública en relación a la gestión de los depósitos de cadáveres.Con por lo menos 520 muertos y 10 mil 400 contagios oficiales, Guayaquil suma el 51 % de casos de todo el país, lo cual se agrava al saber que Guayas, la provincia de la que es capital, suma casi ocho mil fallecimientos "extra" desde que comenzó la crisis sanitaria en el país el 29 de febrero y de los que, reconocen las propias autoridades, es casi imposible saber las causas exactas.La emergencia sanitaria se tornó dramática hace un mes en la ciudad, escenario de una crisis de cadáveres que no podían ser levantados ni sepultados, al encontrarse autoridades, la industria funeraria y hospitales desbordados por una cifra extremadamente alta de fallecimientos, tanto por COVID-19 como por otras causas.Entre las situaciones más dramáticas vividas en la urbe, hubo familiares que dijeron que tuvieron que entrar en las morgues móviles a buscar a sus parientes y que nunca los hallaron.La Fiscalía ecuatoriana investiga desde principios de mes la existencia de una supuesta red delictiva encargada de cobrar dinero por "entregar cuerpos de fallecidos por COVID-19", por el presunto delito de concusión, aunque hasta la fecha no se conocen avances.JM