Matteo Salvini, líder de la ultraderechista Liga y nuevo ministro del Interior italiano, viajó a Sicilia para volver a defender el discurso anti inmigración que lo llevó al Gobierno.La visita de Salvini a la isla estaba prevista desde hace tiempo. El dirigente de la Liga, que estuvo el jueves en Toscana y en Liguria, y el sábado por la noche en el Véneto, acudió a Sicilia para apoyar a los candidatos de su partido en una serie de elecciones municipales previstas el 10 de junio.Durante su estancia, Salvini prometió utilizar el “sentido común” para acabar con naufragios y llegadas de migrantes y evitar que Italia sea “el campo de refugiados” de Europa. “No tenemos una línea dura sino una línea de sentido común”, dijo.“Los buenos tiempos para los clandestinos se han terminado: prepárense a hacer las maletas”, había dicho el sábado. “Italia y Sicilia no pueden ser el campo de refugiados de Europa”, señaló ayer. “Nadie me quitará la certeza de que la inmigración clandestina es un negocio y ver que hay gente que gana dinero a costa de niños que después mueren me indigna”, señaló tras la muerte de decenas de migrantes frente a las costas de Túnez.Según datos oficiales, más de 13 mil 500 migrantes llegaron a Italia desde comienzos de año, a pesar de los controvertidos acuerdos entre el ex Gobierno de centroizquierda y las autoridades y milicias de Libia, que permitieron reducir el número de llegadas en más de 75% desde el verano de 2017.El viernes por la noche, horas antes de que Salvini asumiera su cargo de ministro, 158 personas, entre ellas nueve niños, llegaron a Pozzallo tras ser rescatadas frente a las costas de Libia por un barco humanitario, en una operación coordinada con la guardia costera italiana.