El ministro filipino de Defensa, Delfin Lorenzana, declaró hoy el fin de los combates contra yihadistas afines al Estado Islámico (EI) en la sureña ciudad de Marawi, que dejan más de un millar de muertos durante cinco meses de enfrentamientos. "Anuncio el fin de todas las operaciones de combate en Marawi", dijo Lorenzana en una reunión de seguridad con homólogos de la región que se celebra al norte de Manila.El anuncio llega después de que las tropas recuperaran el último edificio tomado por los rebeldes del Grupo Maute -una organización terrorista filipina afín al EI- y sus seguidores, explicó a Efe el portavoz de las Fuerzas Armadas, Restituto Padilla. El Ejército ha matado a 42 rebeldes y ha rescatado a 20 rehenes, según datos ofrecidos por el portavoz, desde que el pasado martes 17 el presidente, Rodrigo Duterte, declarara "liberada" la ciudad a falta de neutralizar al último reducto yihadista.Los esfuerzos ahora se centrarán en inspeccionar "casa por casa" la zona en ruinas que estuvo controlada por Maute para detectar posibles terroristas escondidos y desactivar explosivos que éstos puedan haber dejado a su paso, indicó Padilla.Desde que comenzó la rebelión el pasado 23 de mayo, Marawi ha sido escenario de unos combates entre las Fuerzas Armadas e insurgentes que han dejado más de un millar de muertos: 897 rebeldes, 164 soldados y 47 civiles, según los últimos datos del Gobierno.La batalla se decantó definitivamente del lado del Ejército hace una semana, cuando en una ofensiva planeada al detalle los soldados mataron a Isnilon Hapilon y Omar Maute, los dos líderes del remanente yihadista en la ciudad.El próximo paso es iniciar los trabajos de reconstrucción y organizar el regreso de los aproximadamente 400 mil desplazados por el conflicto a Marawi -una ciudad de unos 200 mil habitantes- y alrededores. La tarea podría llevar un largo tiempo y enormes esfuerzos materiales ya que varias zonas de la ciudad han quedado devastadas tras cinco meses de intensos combates.