El presidente francés, Emmanuel Macron, y la canciller alemana, Ángela Merkel, anunciaron el martes que trabajan en un acuerdo entre varios países europeos destinado a devolver a todo solicitante de asilo hacia el Estado donde fue registrado inicialmente.El objetivo inicial del encuentro entre Merkel y Macron en Meseberg, cerca de Berlín, era la creación de un presupuesto común para la Eurozona reclamado por Francia para protegerla mejor de las crisis financieras.Este presupuesto fue objeto de un principio de acuerdo, aunque su montante y sus modalidades quedaron para negociaciones posteriores, provocando la decepción del gobierno de París que esperaba un "acuerdo sustancial" tras meses de negociaciones.Pero parecía más urgente respaldar a la canciller en el tema de la migración, tras el ultimátum que recibió la víspera de su ministro del Interior para que obtenga en el plazo de dos semanas resultados sobre la expulsión de migrantes sin papeles, un tema que divide a los países europeos."Vamos a trabajar juntos en una solución intergubernamental o multigubernamental con varios Estados miembros que están concernidos", dijo Macron durante una rueda de prensa conjunta con Merkel.El acuerdo busca que los solicitantes de asilo "puedan regresar lo antes posible al país donde fueron registrados", agregó.La mayoría de los migrantes que llegan a Alemania o a Francia lo hacen actualmente desde Libia pasando por Italia, que debe registrarlos en la base de datos EURODAC.Según las reglas europeas, es el país de registro el que deben en principio tratar el expediente de asilo. Sin embargo, desde la crisis migratoria de 2015, este sistema no se respeta para preservar a países como Italia, Grecia o España, principales puertas de entrada en Europa.Esta cuestión es central en la crisis interna que sacude actualmente al gobierno alemán. Y si las negociaciones mencionadas por Macron dan resultado, podrían permitir a Merkel resolverla y evitar que vuele por los aires su coalición gubernamental, en el poder desde hace solo tres meses. La canciller rechazó hasta ahora la exigencia de su ministro del Interior, Horst Seehofer, miembro de un partido ultraconservador, que quiere que sin el acuerdo de sus socios Alemania aplique esta regla de devolución de los migrantes al país de entrada."Estamos a favor de una acción coordinada, a nivel europeo sería lo mejor pero es muy difícil, así que la cooperación de algunos países debe también ser una opción", explicó Merkel.Numerosos países miembros de la UE, con Polonia y Hungría a la cabeza, se oponen a la idea de la canciller alemana de compartir la carga migratoria.Merkel también pidió un "alza notable del personal de Frontex", la agencia europea encargada de vigilar las fronteras exteriores de la UE.La canciller alemana pidió así un "apoyo de los países más concernidos", citando en particular a Italia.Junto con Macron, también aludió a la posibilidad de "mecanismos" para bloquear la llegada de migrantes económicos a los países de tránsito hacia la UE como Libia. Estos podrían tomar la forma de centros de acogida instalados en el norte de África bajo control de la ONU.El gobierno italiano, formado por una alianza entre la ultraderecha y los populistas, cerró sus puertos a los barcos de oenegés que lleven a migrantes rescatados en alta mar.Esta decisión llevó al buque humanitario "Aquarius" a errar por el Mediterráneo con 629 migrantes a bordo durante una semana hasta que desembarcaron en el puerto de Valencia, en el este de España.También provocó un enfrentamientos verbal entre Roma y París: Macron denunció el "cinismo y la irresponsabilidad del gobierno italiano".Globalmente, según Macron, Europa debe hacer "una elección de civilización" frente a los discursos antieuropeos y nacionalistas, entre quienes "querrían decir (...) que esta Europa está lista para ser destejida" y quienes quieren "hacer que avance".NM