Los socorristas intentaban ayer auxiliar a las víctimas del terremoto que dejó al menos mil muertos en el sureste de Afganistán, en condiciones adversas por la falta de recursos, el terreno montañoso y las fuertes lluvias.El sismo de magnitud 5.9 ocurrió en la madrugada del miércoles en una región rural pobre y de difícil acceso, fronteriza con Pakistán.Se trata del sismo más mortífero en Afganistán en más de dos décadas. Al menos mil personas murieron y mil 500 resultaron heridas sólo en la provincia de Paktika, la más afectada.Las autoridades temen que el número de víctimas aumente aún más porque muchas personas siguen atrapadas bajo los escombros. Afganistán sólo dispone de un número muy limitado de helicópteros y aviones. La ONU, que dijo que al menos dos mil casas habían sido destruidas –cada una con una media de siete u ocho habitantes– también señaló la falta de equipos para retirar escombros.El Gobierno talibán, no reconocido, pidió ayuda a la comunidad internacional y a las organizaciones humanitarias. Pero las oenegés y las agencias de la ONU están menos presentes que antes en el país desde que los talibanes volvieron al poder.No obstante, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, dijo que la ONU estaba “plenamente movilizada” para ayudar con el próximo despliegue de primeros auxilios y el envío de medicamentos y alimentos.