El despegue del cohete Falcon 9 de la compañía privada SpaceX supuso el principio de la comercialización de la órbita terrestre, en lo que se espera que sea “la nueva era espacial” y el regreso de las misiones hacia la Estación Espacial Internacional (EEI) desde suelo estadounidense después de nueve años de ausencia.Los astronautas Douglas Hurley y Robert Behnken van rumbo a la EEI a bordo de la cápsula Crew Dragon para certificar el sistema de vuelo de la empresa SpaceX, fundada por Elon Musk, generando una expectación que no se veía desde hacía años.La misión Demo-2, cuya primera parte concluirá cuando la cápsula atraque hoy en la EEI, 19 horas después del despegue, es la prueba final del programa de vuelos espaciales comerciales que comenzó cuando la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos otorgó en 2014 sendos contratos a SpaceX y Boeing para la comercialización de la órbita terrestre para abaratar los costos de los viajes espaciales.Los cosmonautas permanecerán en la EEI entre seis y 16 semanas, durante las que pondrán a prueba los sistemas de la cápsula Crew Dragon en la que tendrán que retornar sanos y salvos a casa, tras lo cual comenzarán las misiones operadas por compañías privadas.Doug Hurley y Bob Behnken son amigos. Entraron en la NASA en el año 2000, se casaron con mujeres astronautas, ambas ya retiradas, tienen cada uno un hijo y ahora hacen historia al ser los primeros en viajar a la EEI, nueve años después de la cancelación del programa de transbordadores espaciales desde suelo estadounidense.En 2011, la NASA se vio obligada a utilizar el sistema de lanzamiento ruso del Soyuz para enviar a sus científicos a la EEI, pero ahora recupera su autonomía al dejarlo en manos de compañías privadas.Escala antes del planeta rojoEl objetivo final de la NASA es crear un modelo de viajes espaciales comerciales con el que pretenden enviar astronautas hacia la Luna y a Marte gracias al impulso de la industria privada.La importancia de la compañía SpaceX radica en que su creador, Elon Musk, impulsó la empresa con el objetivo de llevar personas al espacio a bajo costo y luego colonizar Marte.Sin embargo, Musk no es el único con esa ambición. Boeing, Virgin y Blue Origin, ésta última de Jeff Bezos, también tienen las mismas intenciones, aunque con el despegue de ayer quedaron en desventaja.La misión de la cápsula Crew Dragon lanzada ayer resultará clave para SpaceX. En 2012 logró convertirse en la primera empresa privada en acoplar una cápsula de carga a la EEI, y desde entonces ha proporcionado servicios de reabastecimiento a la estación.Dos años después, la NASA le encargó adaptar esa cápsula para el transporte de astronautas, para lo que pagó más de tres mil millones de dólares a SpaceX.En marzo del año pasado, la compañía hizo la primera prueba de fuego de Crew Dragon. El proyecto ha sufrido demoras y contratiempos de todo tipo, desde explosiones hasta problemas con paracaídas, pero SpaceX superó a su competencia, el gigante aeroespacial Boeing, que desarrolla en paralelo su cápsula Starliner.El diseñador mexicano José Fernández planeó, junto con SpaceX y la NASA, los trajes que Bob Behnken y Doug Hurley utilizan para la misión espacial.Según información de la revista Vogue México, la estética y trabajos de José Fernández llamaron la atención del dueño de SpaceX, Elon Musk, debido a que es reconocido por haber creado el diseño de vestuario de algunos de los más famosos superhéroes de la industria cinematográfica.Con toques minimalistas y futuristas, los diseños del paisano destacan por su similitud con los atuendos de superhéroes como Wolverine de X-Men o de Batman. De acuerdo con la revista, Musk descartó a seis compañías y decidió trabajar con los diseños de Fernández. JL