Jueves, 28 de Noviembre 2024

Instalan "cortina de abrazos" en asilo de Brasil

A pesar de la pandemia de COVID-19, ancianos pueden acercarse a sus familiares

Por: AFP

Elisabete Nagata abraza a su cuñada de 76 años, Luiza Nagata. AFP/N. Almeida

Elisabete Nagata abraza a su cuñada de 76 años, Luiza Nagata. AFP/N. Almeida

Residentes y visitantes deben usar guantes protectores con mangas largas. Suzane Lisboa (i) con su padre Raul Lisboa, de 89. AFP/N. Almeida

Residentes y visitantes deben usar guantes protectores con mangas largas. Suzane Lisboa (i) con su padre Raul Lisboa, de 89. AFP/N. Almeida

La cortina está equipada con grandes bolsillos para que puedan deslizar sus brazos. Suzane Valverde (i) con su madre Carmelita Valverde, de 85. AFP/N. Almeida

La cortina está equipada con grandes bolsillos para que puedan deslizar sus brazos. Suzane Valverde (i) con su madre Carmelita Valverde, de 85. AFP/N. Almeida

Dircyree Villas Boas (i) abraza a su madre de 93, Dirce Villas. AFP/N. Almeida

Dircyree Villas Boas (i) abraza a su madre de 93, Dirce Villas. AFP/N. Almeida

Una "cortina de abrazos" fue instalada en una casa de retiro la ciudad brasileña de Sao Paulo para permitir a los ancianos abrazar a sus seres queridos a través de una protección plástica, a pesar de la pandemia de COVID-19. 

"¡Qué bien que me sentí, la extrañé tanto!", dijo Silvio Nagata, de 68 años, después de abrazar por largo rato a su hermana mayor, Luiza Yassuko, de 76, residente en la casa de retiro 3I Bem estar, ubicada en el acomodado barrio de Morumbi. 

"Debido a la pandemia, no pude visitarla, especialmente por mi edad, porque también soy parte del grupo de riesgo. Es un sistema excelente, es genial poder tomarla en mi brazos", dijo conmovido por este funcionario jubilado. 

"Éramos 12 hermanos y hermanas y ella es prácticamente una madre para mí. No se casó para cuidarnos", señaló. 

Las enfermeras desinfectan cuidadosamente la gran cortina de plástico, equipada con grandes bolsillos para que los visitantes y residentes puedan deslizar sus brazos después de cada visita. 

Residentes y visitantes también deben usar guantes protectores negros con mangas largas que llegan hasta los hombros. 

"Cuando vimos que esta pandemia iba a durar mucho tiempo, tuvimos que encontrar una forma segura de que las familias vieran a los residentes y que los ancianos supieran que sus seres queridos estaban pensando en ellos", dijo Maira Martins, terapeuta ocupacional en la casa de retiro. 

Para los visitantes, la sensación de tomar a un ser querido en sus brazos es muy conmovedora en este momento, cuando el distanciamiento social supone evitar cualquier contacto físico. 

"Es bueno para ellos, pero también para nosotros. Ha pasado un tiempo desde la última vez que abrazamos a alguien", dice Murilo Meira, de 51 años, que vino a visitar a Nair da Costa Marques, de 90, a quien una enfermera ayuda a levantarse de su silla para recibir el tan esperado abrazo. 

El estado de Sao Paulo es el más rico y poblado de Brasil, con 46 millones de habitantes, pero también el más afectado por el coronavirus, con 172 mil 875 casos confirmados y 10 mil 581 muertes, según el último informe oficial. 

Brasil es el segundo país del mundo con más muertes (42 mil 720) y personas infectadas (850 mil 514), después de Estados Unidos.

IM

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