La organización garante de los derechos humanos Human Right Watch (HRW) instó hoy al gobierno de Bangladesh a estudiar nuevos terrenos para ampliar los campamentos donde desde hace casi un año se refugian más de 700 mil rohinyás.Los miembros de esta minoría étnica huyeron del noreste de Birmania (Myanmar) tras la campaña de represalia orquestada por el Ejército birmano a raíz del ataque de un grupo insurgente rohinyá el 25 de agosto de 2017 contra una treintena de puestos policiales.La situación de "severo hacinamiento" aumenta el riesgo de que se propaguen "enfermedades, incendios y aumenten las tensiones comunitarias, así como la violencia doméstica y sexual", advirtió Bill Frelick, director para los derechos de los refugiados de HRW, en un acto para presentar el informe "Bangladesh no es mi país" en el Club de Corresponsales de Bangkok.Además la llegada de la época de lluvias incrementa el peligro de "avalanchas e inundaciones" en el campo de refugiados Katupalong-Balukhali, cerca de la frontera con Birmania.Frelick, autor del informe, señaló que expertos internacionales le han dado a las autoridades bangladesíes mapas e informaciones sobre seis localizaciones donde se podrían acomodar a unas 263 mil personas.Estos seis terrenos, de más de 5.26 kilómetros cuadrados, se encuentran cerca del lugar donde actualmente se asientan los rohinyás, según indicó el representante de HRW."Bangladesh insiste en que la situación es temporal, por lo que impide la construcción de estructuras permanentes", señala Frelick.Por su parte, las autoridades bengalíes mantienen un plan para trasladar a 100 mil refugiados a la isla inhabitada Bhasan Char, sureste del país.Esta ínsula artificial, erigida hace unos 20 años, no es adecuada para acomodar a las personas debido al riesgo de que sea completamente anegada ante la llegada de un ciclón, entre otros problemas como la falta de tierras para cultivo o acuíferos, indican los expertos.La semana pasada, Birmania estableció una nueva comisión auspiciada por el gobierno y con el objetivo de investigar las denuncias de abusos de los derechos humanos presuntamente cometidos por el Ejército contra los rohinyás, a quienes las autoridades se refieren como "bengalíes" y les acusan de ser inmigrantes ilegales."No podemos esperar mucho de estas comisiones que sólo sirven para cubrir las brutalidades cometidas por los militares", dijo durante la presentación Phil Robertson, subdirector para Asia de HRW, al mencionar que parte de los miembros de dicha comisión rechazan públicamente las supuestas infracciones del Ejército.Organizaciones internacionales y Naciones Unidas han denunciado delitos cometidos por los uniformados, tales como asesinato, tortura, saqueos, violaciones o quema de viviendas, entre otros.