Human Rights Watch (HRW) denunció hoy que las fuerzas de seguridad burundesas y las juventudes del partido gobernante de Burundi, los Imbonerakure, han matado a 15 personas y violado, pegado e intimidado a opositores en los meses anteriores al referéndum constitucional celebrado ayer.HRW documentó el asesinato de al menos 15 personas, seis violaciones, ocho secuestros y "otras numerosas violaciones de los derechos humanos", en un informe publicado hoy con el nombre "Te pegaremos hasta corregirte: Abusos cometidos antes del referéndum constitucional de Burundi".Los burundeses estaban ayer convocados a votar una reforma constitucional que, entre otras medidas, amplía los mandatos del presidente de cinco a siete años sin considerar el tiempo que ya lleva en el cargo, lo que permitiría a Pierre Nkurunziza, que comenzó en 2015 su tercer mandato, presentarse de nuevo a las elecciones en 2020 y renovar en 2027 hasta 2034.Uno de los casos documentados por HRW, incluye un hombre de 30 años asesinado por las juventudes Imbonerakure (denunciadas por HRW y ONU de violaciones de derechos humanos) en la provincia de Buyumbura rural cuando se negó a unirse a ellos."Los Ibonerakure querían que mi hijo se uniera a ellos, pero él se negó. Le trataron de traidor y una noche cuando volvía a casa le pidieron dinero. Les dio lo que tenía, pero no les valió y le pegaron un tiro en el estómago", cuenta en el informe la madre de la víctima."Muchas víctimas fueron perseguidas por negarse a registrarse para votar o por apoyar en la financiación de sondeos de voto", explicó hoy la ONG en este informe, donde recogen testimonios de un centenar de personas en los cuatro meses antes de la convocatoria a las urnas.La escala de los abusos, asegura HRW, es difícil de determinar y es "significativamente superior" a la documentada en el dossier, ya que el miedo provoca que muchas víctimas no se hayan atrevido a denunciar.Cuando el 12 de diciembre del año pasado Nkurunziza anunció la convocatoria del referéndum advirtió que aquellos que se atreviesen a sabotearlo cruzarían "una línea roja", recuerda la ONG de derechos humanos.La decisión de volver a presentarse a un tercer mandato de Nkurunziza y su posterior reelección en 2015 desató una oleada de protestas seguida de represión contra manifestantes y opositores, además de un intento de golpe de Estado fallido en mayo de ese año.Desde el comienzo de la crisis política en 2015, han muerto centenares de personas y cerca de medio millón se han visto obligadas a dejar sus hogares, según datos de la ONU, que ha acusado al Ejecutivo de crímenes de lesa humanidad.