Con música, tabaco y licor, cientos de fieles celebraron este jueves en el poblado indígena de San Andrés Itzapa a San Simón, una popular deidad en Guatemala a la que se encomiendan migrantes que van a Estados Unidos y miles de residentes y visitantes en busca de favores y protección.Los devotos de San Simón hicieron largas filas para entrar al templo erigido en este municipio indígena kaqchikel, a unos 55 km al oeste de Ciudad de Guatemala. Le piden trabajo y protección en medio de la pandemia de COVID-19."Ahora la petición más grande es [por] el trabajo. Que no falte el trabajo y especialmente por la salud. Ahora estamos pidiendo que nos proteja de la pandemia", dijo Edwin Galindo, un guía espiritual quien aseguró estar cumpliendo 25 años de devoción al santo.El culto a San Simón es resultado del sincretismo religioso entre costumbres cristianas e indígenas, pero no es reconocida por la Iglesia católica.Cada 28 de octubre, los fieles conmemoran el día de San Simón o "Monchito", quien, sentado sobre una silla de madera rodeada de dinero, botellas de cerveza y licor, luce un rostro occidental inexpresivo con un espeso bigote, vestido con un traje oscuro y la cabeza cubierta con un sombrero negro.La asistencia es mayor a la del año pasado, cuando los fieles llegaban a cuentagotas debido a las restricciones impuestas para contener el coronavirus que ha dejado en Guatemala casi 15 mil muertos -Para lo bueno y lo malo-.En el lugar de peregrinación, al que también llegan centroamericanos y mexicanos, guías espirituales realizaron "limpias" con tabaco, flores y aguardiente, mientras la música sonaba en estridentes bocinas que se mezclaba con canciones de mariachis que ofrecían sus servicios a los fieles."Tenemos las [canciones] rancheras, tenemos lo que son los corridos y 'quebraditas', ya que por este lado les gusta mucho la música movida para poder bailar, para poder festejar y para pasársela muy bien y muy bonito", añadió Daniel Tiu, ataviado con un traje negro con bordados de hilo dorado.Los devotos de San Simón afirman que el santo no discrimina y cumple, ya sea para "lo bueno y lo malo", por lo que frente a su altar suelen pasar migrantes que emprenderán el peligroso viaje sin documentos a Estados Unidos, así como pandilleros y narcotraficantes.Andrea López, devota que cubría su rostro con una mascarilla, indicó que San Simón "siempre la ha ayudado"."Aquí estoy con él siempre cada año y disfruto siempre de su fiesta (...). Demasiados milagros me ha hecho. El que cree en verdad mira y el que no pues no lo ve, pero al menos a mí sí me ha hecho muchos milagros", comentó la mujer de cabello rojizo.Otra seguidora, Ingrid, una mujer de 30 años, bailó y cantó la canción "Amor eterno" del cantante mexicano Juan Gabriel, mientras sostenía una cerveza."San Simón me ha hecho muchos favores, me ha ayudado en mi vida y en lo económico, cada año lo celebro", dijo.En las paredes del templo hay placas y fotos que los devotos beneficiados por el favor del santo dejan en agradecimiento por los negocios que lograron construir, por los viajes a los Estados Unidos que concluyeron migrantes de forma exitosa e incluso por la compra de vehículos o conquistas amorosas.San Simón es representado en figuras como un hombre indígena, de mediana edad, vestido elegantemente con un traje negro, corbata y un sombrero. Usualmente también se le colocan puros en la boca y anteojos oscuros.Sus seguidores fuman puros ante él o piden ser "despojados" y "protegidos" en una ceremonia de aspersión de alcohol que oficia un sacerdote o chamán del templo.El simbolismo de San Simón raya entre el bien y el mal, entre la religiosidad y los vicios, y las fiestas en su honor, que se prolongan hasta el 1 de noviembre, cuando se celebra el Día de Todos los Santos en el país centroamericano.Con información de AFP y EFE