La nueva variante de Covid-19 llamada FLiRT y clasificada como KP.2, se cree que es más contagiosa que las variantes anteriores. Aunque no ha llegado a México, ya es responsable de más de un cuarto de los casos de contagio en Estados Unidos. FLiRT es una subvariante de la variante ómicron JN.1, que causó la ola de Covid-19 del invierno pasado. Su nombre es un acrónimo que hace referencia a algunas de las mutaciones clave presentes en la proteína espiga de la variante. Estas mutaciones se denominan:F: L452R L: T478K I: E484K R: Q493R T: T547KLo más preocupante de FLiRT es que afecta a la espícula, que es la base de todas las vacunas que hay hasta el momento. Esta proteína, que está en la corona o envoltura del coronavirus, viene a ser algo así como la llave que utiliza el virus para entrar dentro de la células. Por lo que es crucial vigilar los posibles cambios en la espícula, ya que determinadas mutaciones pueden permitir que el virus entre mejor en las células y sea más virulento o más transmisible. Además, al ser la proteína en la que se basan las vacunas, un cambio significativo en ella puede hacer que pierdan eficacia. Por fortuna, la tecnología actual permite modificar las vacunas frente al coronavirus de forma relativamente sencilla y rápida. De hecho, en la última campaña de vacunación frente a la Covid-19 ya se utilizaron productos adaptados a las nuevas variantes circulantes. Pero aún es pronto para saber si será necesario efectuar cambios en las vacunas para que confieran una mayor inmunización contra FLiRT. EE