"Es tan fuerte que no deja ninguna oportunidad a los otros". En esto coinciden los partidarios y los opositores de la canciller Angela Merkel, favorita en las elecciones que se celebran este domingo en todo Alemania."Es un poco frustrante que Angela Merkel lleve tanto tiempo aquí. En estas elecciones, no se trata de saber quién será elegido canciller. Para mí, ya se conoce la respuesta, está claro que ella seguirá", explica Christian, un elector berlinés de 30 años. La canciller es favorita para lograr su cuarto mandato al frente de Alemania, con unos sondeos que le atribuyen cerca del 35% de los votos a su partido conservador, la CDU. Bajo la densa niebla y la llovizna que cae este domingo sobre Berlín, Wolfgang Lange, un vecino del este de la capital, de 75 años, lo tiene claro: "Merkel está cansada pero va a ganar". Lange ha sido el primero en votar esta mañana en su circuito de votación situado en una escuela entre altos edificios. En su barrio, los partidos extremistas obtuvieron el año pasado casi la mitad de los votos en unas elecciones locales: un 27% para la izquierda radical y más del 19% para Alternativa para Alemania (AfD), un partido de derecha nacionalista. "Lo más importante para mí es la paz y el combate contra las desigualdades sociales. Pero ¿acaso es normal que nos pongan tantos impuestos a pesar de nuestras pequeñas pensiones?", se pregunta este jubilado, descontento por el hecho de que este tema no se debatiera durante la campaña. El crecimiento de la AfD Con una gorra en la cabeza y un jersey con capucha, Wolf Herbert, de 37 años, también cree que Merkel va a ganar aunque le gustaría que "alguien ocupara su lugar". "El mercado laboral está muy fragmentado y los jefes abusan de los contratos cortos. ¡Necesitamos más seguridad!", afirma. Pero, a pesar de sus críticas, no votará a favor de la AfD, partido que crece sobre todo en la exRDA y que podría convertirse en la tercera fuerza política del país. "Muchos los caricaturizan sin haber leído su programa. Pero siguen siendo peligrosos y espero que obtengan el menor número de votos posible", asegura antes de salir de un gran hotel que sirve de colegio electoral en el sureste de Berlín. Alexander, un banquero cuadragenario de Frankfurt, coincide con Herbert y espera que "no haya un ascenso de la extrema derecha en Alemania". Sabine Maier, una estudiante de Derecho, considera por su parte que no hay que exagerar la amenaza de la AfD, a pesar de sus palabras revisionistas sobre el nazismo. "¡No son todos fascistas! Los medios exageran respecto a ellos", dice. Antes de subir a su bicicleta, se vuelve y baja la mirada al ver un gran cartel electoral de la AfD en el que dos mujeres se pasean en bañador en una playa. Su lema: "¿Burkas? Preferimos los bikinis". "A veces van demasiado lejos", lamenta, antes de ir a ver la maratón que se celebra este mismo día en Berlín, para "pensar en otra cosa". Pero, incluso en la carrera resulta difícil olvidar la política. Además de los omnipresentes carteles electorales, algunos aprovechan la ocasión para recordar los comicios. "Buenos días, buenos días, ¿han votado ustedes?", preguntan miembros de un grupo de samba ecologista a los numerosos espectadores de la maratón.