Autoridades electorales de Estados Unidos (EU) informaron, más de una semana después de las elecciones presidenciales, que “no existe evidencia” de votos perdidos o cambiados, ni de sistemas de votación alterados.Los funcionarios, responsables de la seguridad electoral en todo el país rechazaron las afirmaciones hechas por el presidente Donald Trump y los republicanos de que su derrota ante el demócrata Joe Biden se debe a un fraude y a papeletas perdidas.“La elección del 3 de noviembre fue la más segura en la historia de Estados Unidos”, dijeron en un comunicado.“No hay evidencia de que algún sistema de votación haya eliminado o perdido votos, haya cambiado votos o haya sido alterado de alguna manera”, indicaron.La declaración fue firmada por los jefes de la Asociación Nacional de Directores Electorales Estatales y la Asociación Nacional de Secretarios de Estado, que son los funcionarios a cargo de las elecciones a nivel estatal, y por el presidente de la Comisión de Asistencia Electoral de EU.Los republicanos más influyentes en la capital estadounidense mantuvieron su firme respaldo al presidente Donald Trump y sus acusaciones infundadas de fraude electoral, pero algunos líderes republicanos en otras partes del país se distanciaron del mandatario y expresaron que es momento de que el Gobierno trate a Joe Biden como el presidente electo que es.El gobernador de Nueva Hampshire, Chris Sununu, quien respaldó la reelección de Trump, se convirtió en el más reciente funcionario republicano en decir lo que el mandatario y sus aliados se niegan a aceptar. El gobernador republicano admitió que la ventaja de Biden “aumenta día con día” y que las opciones legales de Trump se están disipando.“Joe Biden es el presidente electo, y creo, como la mayoría de los estadounidenses, que prestará juramento en enero”, dijo Sununu a los reporteros al insistir en que no hubo fraude en su Estado, en el que el exvicepresidente ganó fácilmente.Sus declaraciones significan un marcado distanciamiento de la abrumadora mayoría de funcionarios republicanos que aún se niegan a aceptar públicamente la victoria demócrata. Dicha resistencia ha complicado las labores de Biden de encabezar una transición, al privarlo de los fondos y recursos que generalmente se le otorgan a un Gobierno entrante.AP