Neoliberal en lo económico, de moral conservadora, con amplia presencia militar y apenas dos mujeres: así es el perfil del gabinete con el que el ultraderechista Jair Bolsonaro pretende reformar Brasil desde el 1 de enero.Fiel a su promesa de reducir el tamaño del Estado, el excapitán del Ejército ha recortado de 29 a 22 el número de ministerios. Entre los desaparecidos figura el de Trabajo.El resultado es un equipo de siete ministros militares, ocho con perfil técnico y siete políticos, unidos en su crítica feroz a los gobiernos izquierdistas del encarcelado Luiz Inácio Lula da Silva y la destituida Dilma Rousseff. Es un equipo “con tres grupos con objetivos muy distintos: un grupo nacionalista-antiglobalista, que se orienta en la política populista de Donald Trump; un grupo de neoliberales que controla la parte económica, y otro de militares con influencia en varias áreas”, explicó Oliver Stuenkel, profesor de Relaciones Internacionales de la Fundación Getúlio Vargas (FGV).El presidente electo, quien a lo largo de su carrera generó polémicas por incontables declaraciones racistas, homófobas y misóginas, prometió el lunes gobernar “en beneficio de todos, sin distinción de origen social, raza, sexo, color, edad o religión”.El futuro mandatario nunca escondió su nostalgia por la dictadura militar ni su pretensión de colocar a militares al frente de los ministerios. Además de nombrar vicepresidente al general Hamilton Mourao, el exparacaidista ha designado a tres generales en Defensa, Secretaría de Gobierno y Seguridad Institucional, y a otros cuatro en Minas y Energía, Ciencia y Tecnología, Contraloría General de la Unión e Infraestructura.