Las Fuerzas Armadas de Filipinas mataron hoy a dos supuestos yihadistas afines al Estado Islámico (EI) que aún permanecían en la ciudad sureña de Marawi, diez días después del fin de un conflicto armado de cinco meses que causó más de mil 100 muertos.Las víctimas, presuntos miembros del grupo Maute -un grupo local afiliado al EI- "formaban parte del puñado de yihadistas rezagados que permanecían escondidos esperando una oportunidad para huir", declaró a Efe el portavoz del Ejército, Restituto Padilla.Los soldados sorprendieron a los dos sospechosos en las calles de Marawi y comenzó un intercambio de fuego en el que ambos yihadistas murieron y dos soldados sufrieron heridas de poca consideración, indicó Padilla."Las informaciones sobre el terreno apuntan a que uno de los presuntos terroristas (muerto) es Abu Talja, colaborador cercano de Isnilon Hapilon", proclamado emir del EI en el Sudeste Asiático, afirmó el portavoz.Isnilon Hapilon murió abatido por los soldados el pasado 16 de octubre, un suceso que descabezó al bando insurgente y decantó la batalla en Marawi del lado de las Fuerzas Armadas.El conflicto empezó el 23 de mayo pasado con una rebelión armada liderada por Maute y en la que participaban yihadistas locales y extranjeros que tomaron parte de la ciudad.La crisis concluyó exactamente cinco meses después, el 23 de noviembre, con un saldo de 920 insurgentes, 165 soldados y 47 civiles muertos.Por otro lado, el Ejército atrapó ayer con vida a otro supuesto yihadista rezagado, en este caso un indonesio que entró ilegalmente al país para unirse como guerrillero a Maute y que tras el fin del conflicto buscaba la manera de salir de esa ciudad, capital de la provincia de Lanao del Sur, en Mindanao.Las tropas se dedican estos días a buscar a los terroristas rezagados entre las ruinas de la ciudad y desactivar las bombas colocadas que han dejado detrás, entre otras tareas.Por su parte, las autoridades provinciales coordinan los trabajos de regreso de desplazados y otras actividades para restablecer la normalidad y rehabilitar la devastada urbe de 200 mil habitantes.