La donación de órganos es un tema delicado en nuestras sociedades, y todavía rodeado de polémicas, dudas y cuestionamientos. Mientras algunos prefieren que sus cuerpos sean entregados intactos a las tumbas, muchos otros convalecen en infinitas listas de espera, marchitándose en la incertidumbre, aguardando el milagro repentino de que de pronto aparezca el donador que les salvará la vida.Los gobiernos y las asociaciones médicas del mundo impulsan la donación de órganos para volver más llevaderas las vidas de quienes los necesitan. Al mismo tiempo, hay redes de tráfico y crimen en el mercado negro cuya moneda más valiosa son los órganos que llevamos dentro, y que el crimen organizado vende a cantidades estratosféricas. Hay historias de esperanza, de desencanto, de tristeza. Un ejemplo de ello es la quinceañera de Aguascalientes, la cual falleció a causa de muerte encefálica, poco tiempo después de su fiesta de XV años. Sus padres decidieron donar los órganos de su hija, en un gesto que fue aplaudido, honrado, y homenajeado. Pero también hay casos polémicos, y que representan en gran medida el pensamiento de la población, como cuando el fallecido cantante Vicente Fernández declaró a los medios que hubiera rechazado a un donante de hígado "si fuera homosexual". La donación de órganos es un tema que abarca y contrapone todo tipo de perspectivas; la social, la política, e incluso la religiosa. ¿Qué es lo que dicen nuestras religiones respecto a la donación de órganos? Ni los cristianos ni la iglesia católica se oponen a la donación de órganos, y los pontífices recientes se han mostrado a favor de la misma, desde la perspectiva de que es un acto de solidaridad hacia el resto de seres humanos, y para salvar una vida que lo necesita. En 1994, Juan Pablo II dijo que “con el advenimiento de los trasplantes el hombre encontró un modo de donación de sí mismo, de su cuerpo y de su sangre, para que todos puedan seguir viviendo”. En 2019, el Papa Francisco también declaró a favor de la donación de órganos. “Donar significa mirar e ir más allá de uno mismo, más allá de las necesidades individuales y abrirse generosamente a un bien más amplio. En esta perspectiva, la donación de órganos no es solo un acto de responsabilidad social, sino también una expresión de la fraternidad universal que une a todos los hombres y mujeres”.Las religiones anglicanas y protestantes tampoco tienen complicaciones en cuanto a la donación de órganos y los trasplantes. Los individuos tienen la libertad para elegir conscientemente ser donantes, en cuanto a buena acción hacia el prójimo. La religión judía tampoco se opone, pues según se lee en su Talmud -el libro judaico por excelencia-, afirma que “quien salva una vida salva el mundo”. Las discusiones contemporáneas afirman que la donación de órganos es uno de los modos más grandes para salvar la vida de otro. La religión musulmana, si bien para Occidente es una de las más conservadoras y radicales en su pensamiento, también se ha expresado a favor de la donación de órganos, y sus autoridades religiosas han difundido varios documentos al respecto. Los Testigos de Jehová tienen terminantemente prohibido las transfusiones de sangre, pues va en contra de su cosmovisión y de los principios de su religión. "Tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento nos mandan abstenernos de la sangre (Génesis 9:4; Levítico 17:10; Deuteronomio 12:23; Hechos 15:28, 29). Además, para Dios, la sangre representa la vida (Levítico 17:14). Así que los Testigos obedecemos el mandato bíblico de abstenernos de la sangre por respeto a Dios, quien nos dio la vida".A pesar de este pensamiento, los Testigos de Jehová no se oponen a la donación de órganos, siempre y cuando esta no implique que habrá una transfusión de sangre de por medio. FS
