Los vampiros han formado parte del folclore de muchos países, y la descripción que se da de estos es que son criaturas que se alimentan de la sangre de otros, ya sean animales o humanos, de esta manera se mantienen vivos.En las culturas orientales y americanas aborígenes, estas criaturas son consideradas como una deidad demoníaca o un dios menor que forma parte del panteón en sus mitologías. En cambio, en las culturas europeas y occidentales, se encuentra el prototipo más popular que proviene de origen eslavo, en la cual estos seres son humanos que fueron convertidos en un vampiro.En la ciudad de Chelm, Polonia, se estaban llevando a cabo unas excavaciones en el antiguo jardín de un obispo del siglo XIII, que actualmente forma parte del complejo catedralicio de la Basílica de la Natividad de la Santísima Virgen María. Fue construido a principios del siglo XVIII en lo que antes era una antigua iglesia ortodoxa y un monasterio basiliano.Los arqueólogos encontraron un hallazgo inquietante, el cual se trata de los restos de dos niños. Uno de estos niños fue enterrado como si se tratara de un vampiro, ya que tenía la cabeza separada del cuerpo, el cráneo puesto boca abajo y, sobre su torso, había piedras muy pesadas.Dicho entierro estaba marcado por dos postes orientados al este y al oeste, por lo que los expertos creen que esto le permitía a los sacerdotes conocer en todo momento la ubicación del entierro y detectar rápidamente cualquier signo de reanimación.Pawel Wira es un Conservador Provincial de Monumentos de Lublin, quien señala que en aquellos tiempos, enterrar a una persona de esa manera indicaba que se trataba de un vampiro. Esto se debe a que era uno de los métodos de enterramiento que utilizaba para evitar que una persona, que se consideraba una entidad demoníaca, saliera de su tumba.Sin embargo, este no es el único descubrimiento “vampírico” que se ha hecho en Polonia, ya que han aparecido entierros de varios supuestos vampiros en cementerios de todo el país. Por ejemplo, se encontraron los restos de una mujer en Pień, que fue enterrada con un guadaña en el cuello, y el de un niño en la región de Pomerania, que fue enterrado con un candado en el pie.El candado en el pie simboliza el cierre de una etapa de la vida y sirve para proteger contra el regreso del difunto. GG
