El alcalde de Tulsa decretó un toque de queda en un perímetro de varias calles para evitar disturbios en esa ciudad del estado de Oklahoma, que acoge el sábado un mitin electoral del presidente Donald Trump.El toque de queda, que sólo afecta la zona en la que el mandatario dará su discurso, comenzó el jueves por la noche y durará hasta el domingo por la mañana, con una interrupción durante la celebración del mitin.Todas las calles que rodean el perímetro estaban cerradas a la circulación con bloques de cemento.La decisión municipal obligó a las decenas de seguidores de Trump que llevaban días haciendo cola para estar en las primeras filas del mitin a recoger sus tiendas de campaña y toldos y a desplazarse hasta la zona autorizada.Para justificar el toque de queda, el alcalde de Tulsa, G.T. Bynum, dijo haber recibido información sobre la posible llegada a la ciudad de "individuos de grupos organizados que han estado implicados en episodios violentos y destructivos en otros estados".Stephen Corley, un seguidor de Trump de 19 años, que espera con los demás bajo la lluvia, se dice más preocupado por las manifestaciones de "izquierdistas extremistas" y "alborotadores" del movimiento antirracista Black Lives Matter que por la COVID-19.Como casi todos los presentes, el joven no lleva mascarilla, aunque asegura que lo hará durante el mitin si es obligatorio. "No voy a dejar pasar la oportunidad de mi vida (...) de ver a Trump por negarme a llevar una mascarilla", dice.El propio presidente amenazó en Twitter a los "manifestantes, anarquistas, saqueadores y los delincuentes que van a Oklahoma"."Deben entender que no se os tratará como en Nueva York, Seattle o Minneapolis. ¡Será muy diferente!", tuiteó, en referencia a las manifestaciones a veces violentas que ocurrieron hace poco en esas ciudades.Se espera que más de 100 mil personas viajen entre el viernes y el sábado a Tulsa.JM