Cristina Fernándeza, primera argentina elegida mandataria, se enfrentará por primera vez a un juicio por presuntos hechos de corrupción, solo tres días después de haber sorprendido al anunciar que se presentará a las elecciones de octubre, pero como candidata a la vicepresidencia.A sus 66 años, Cristina Fernández de Kirchner (CFK) está acusada de encabezar una asociación ilícita durante su mandato por supuestas irregularidades en la adjudicación de obra pública al empresario Lázaro Báez, encarcelado desde 2016, en la provincia de Santa Cruz, feudo del kirchnerismo.La Justicia cree que la viuda del también expresidente Néstor Kirchner, y miembros de su Gobierno, crearon un sistema para apoderarse de fondos asignados a proyectos viales.Sin embargo, no es el único caso por el que es perseguida. Tras dejar la presidencia, una decena de variopintos procesamientos han completado su historial: desde supuestas irregularidades en la venta de dólares por parte del Banco Central a negocios ilegítimos con empresarios o el cobro de millonarios sobornos.También por el uso de aviones oficiales para enviar periódicos a su residencia en Santa Cruz y por atesorar documentos históricos que, según el juez, deberían estar en manos del Estado.“Lo único que les falta es acusarme de la muerte de Kennedy”, llegó a decir Cristina en 2016, cuando se reabrió el expediente en el que se la acusa haber querido encubrir, a través de un pacto con Irán, a los sospechosos de ese país de cometer el atentado contra una mutua judía de Buenos Aires en 1994.De forma reiterada, CFK, que niega todas las acusaciones, se declara víctima de una persecución judicial y acusa al presidente Mauricio Macri de impulsarla junto a los medios de comunicación “hegemónicos”.Pese a todo, Cristina Fernández no podrá ser detenida ya que es senadora y cuenta con fuero federal. El precandidato presidencial argentino Alberto Fernández, a quien la ex presidenta Cristina Fernández acompaña como vicepresidenta en su fórmula electoral, señaló que no es un “títere” de su segunda de lista, como aseveraron sus críticos cuando se conoció la candidatura.“Muchos decían que ejercía una gran influencia sobre ella en esta etapa y ahora creen que soy un títere. No soy ni una cosa ni la otra”, afirmó Alberto Fernández.El que fuera ex jefe de gabinetes kirchneristas entre 2003 y 2008, que en el pasado tuvo diferencias con Cristina que culminaron en su salida del ejecutivo, aseveró que cuando tuvo “diferencias” con ella se marchó y que cuando la tuvo que “criticar”, la criticó, algo de lo que no se desdice.La dupla deberá superar las elecciones primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias el próximo 11 de agosto, en las que los ciudadanos deberán definir con su voto cuál de las listas con aspirantes a un mismo cargo que presenta cada partido o coalición será la que participe en los comicios generales de octubre.Un sondeo de la consultora Management & Fit señaló que Cristina Fernández obtendría 48.8% de los votos y Macri 39.9 por ciento. Otras consultoras siguen la misma línea, por lo que parece que las sospechas de corrupción no pesan tanto como la difícil situación económica.Los sectores sociales de Argentina han salido de manera reiterada a protestar contra las decisiones económicas del actual presidente, Mauricio Macri. A días de que arranque la campaña electoral, en la que Macri buscará la reelección, el descontento se ha intensificado por los recortes al presupuesto social realizados tras el préstamo del Fondo Monetario Internacional (FMI).