Este invierno inició sumamente crudo en la región de Minnesota, llegando a bajar a temperaturas menores a los -8 grados Celsius. Por este motivo, Ed Kranz y su esposa, Colleen, creen que la mejor manera de soportar el invierno es calentarse en una sauna y luego salir al frío del ambiente.Ciudadanos instalaron un sauna móvil cerca de un lago congelado en el suburbio de Eagan, en Minneapolis. Aquí, permanecen dentro del sauna unos 10 minutos a 85 grados Celsius para sudar, y después salir al exterior que se encuentra a -9.5 grados Celsius.Después de esto, suelen permanecer alrededor de una fogata en traje de baño antes de repetir el proceso tres o cuatro veces más. Hay quienes llegan a sumergirse en un agujero del lago congelado para darse un chapuzón frío después de sudar.Esta aventura con el agua fría y caliente es común en Minnesota, donde muchos residentes adoptan la cultura del sauna por el calor y la comunidad. Los devotos dicen que mezclan tradiciones del Viejo Mundo con comunidades modernas basadas en internet y crean conexiones sociales en una sociedad que puede sentirse aislante.El sauna y los baños fríos van juntos como la mantequilla de maní y la mermelada, dijo Glenn Auerbach, un autodenominado evangelista de la sauna y fundador y editor de Sauna Times. Auerbach subió el sitio web en 2008 para compartir sus ideas, investigaciones y conversaciones con personas influyentes del mundo del sauna. Él y sus interlocutores reflexionan sobre los detalles de la construcción de un sauna, cómo cultivar "buenas vibras de sauna" y los posibles beneficios para la salud del estilo de vida de los saunas.Una temperatura típica para lograr la santísima trinidad —calor, vapor y ventilación— de la experiencia de la sauna es de 82 a 93 grados Celsius, una temperatura que contrasta marcadamente con el clima invernal gélido de Minnesota.Los más hábiles en la comunidad de saunas pueden construir una por unos 10 mil dólares, según Auerbach. Quienes quieran evitar el trabajo físico pueden subcontratar la construcción. La popularidad del sauna, que los entusiastas dicen que se disparó tras la pandemia de COVID-19, ha traído consigo un aumento de fabricantes que venden saunas por entre 30 mil y 40 mil dólares.Si bien el prestigio cultural del sauna puede haber aumentado en los últimos años, la práctica es muy anterior a los espacios ideales para fotografiar y publicar en Instagram que surgen ahora, enfatizó Auerbach.El olor a madera de cedro quedó grabado en la memoria de Justin Juntunen desde que entró por primera vez en el sauna de su familia cuando era niño. Juntunen, fundador de la empresa Cedar and Stone Nordic Sauna, es descendiente de inmigrantes finlandeses que llegaron a Estados Unidos en la década de 1880 y trajeron consigo una apreciación por los saunas y los valores comunitarios que estas salas llenas de vapor imparten a la vida local.La gente en Finlandia dice que hay más saunas que automóviles, refirió Juntunen. Cuando inmigrantes como su abuelo llegaron a Minnesota para trabajar en las minas, los molinos o los muelles, solían ahorrar para construir una casa de campo. Pero primero construían un sauna y vivían en ella mientras la casa era construida. Más tarde, los saunas funcionaron como centros urbanos informales.La gente platicaba en los saunas, daba a luz en los saunas y moría en los saunas, explicó Juntunen. El carácter público de las instalaciones refleja la identidad igualitaria que impregna la cultura nórdica y, por extensión, la cultura del sauna, añadió."Esta es una tradición que, en realidad, es para todos", dijo Juntunen. "Mi proverbio nórdico favorito es que todas las personas son creadas iguales, pero en ningún lugar tanto como en el sauna".Además del deseo de vivir experiencias en persona tras la pandemia de COVID-19, los entusiastas del sauna dicen que el interés aumentó después de que lo promocionaran algunas de las figuras más famosas de internet, como los anfitriones de podcasts Joe Rogan y Andrew Huberman."Todos los podcasters importantes del mundo descubrieron que podías saltar al agua fría y se siente bien. Y luego la gente hace clic en eso en internet", dijo Juntunen.De esta manera, la tecnología ha sido una paradoja para la cultura de los saunas, agregó. Los medios digitales ayudaron a que la cultura de los saunas creciera al mismo tiempo que los saunas se promocionaban como un respiro del alcance generalizado de la tecnología en todas las facetas de la vida diaria.Quienes se comprometieron a construir sus propios saunas invitan a amigos, vecinos y antiguos compañeros de hockey de la escuela secundaria. Esto ha creado una nueva forma de contagio posterior a la pandemia: "El buen calor es contagioso", dijo Auerbach.Esta función central de la cultura del sauna se extiende a lo largo de generaciones. El abuelo de Juntunen corría al sauna después del trabajo porque era el lugar donde se contaban historias."Es un espacio donde se cuentan narraciones, donde ocurre la conexión o se produce el silencio", agregó Juntunen. "Creo que es un ejemplo realmente hermoso de lo que en verdad es un sauna".CM