El juicio político al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, comenzó este martes en el Senado, con un debate sobre las normas que regirán lo que se conoce en inglés como "impeachment".El mandatario republicano afronta los cargos políticos de abuso de poder y obstrucción al Congreso por presionar a Ucrania para que investigara a su rival, el exvicepresidente Joseph Biden, precandidato demócrata a las elecciones de 2020, y a su hijo Hunter por presunta corrupción relacionada con las actividades económicas de este último en el país europeo.Según la oposición demócrata, Trump condicionó la entrega de casi 400 millones de dólares en ayuda a Ucrania y también la programación de una reunión con su homólogo ucraniano, Volodímir Zelenski, en la Casa Blanca a su exigencia de que Kiev anunciara que planeaba investigar a Biden.A grandes rasgos, un juicio político es un proceso mediante el cual el poder Legislativo puede destituir a un presidente si considera que ha cometido un crimen.Según refleja la Constitución estadounidense, el presidente, el vicepresidente y todos los funcionarios civiles "serán destituidos de su cargo por acusación y condena por traición, soborno u otros crímenes y delitos menores".Dada la amplitud de la definición, el Congreso puede iniciar el proceso debido a una actividad criminal, abuso de poder o cualquier otra presunta infracción.El juicio político propiamente dicho se celebra en el Senado. Durante el proceso, la cámara es dirigida por el presidente del Tribunal Supremo, en este caso el juez John G. Roberts, y los senadores actúan de jurado.Antes del comienzo del "impeachment", cada senador debe jurar, al igual que hacen los miembros del jurado en un juicio ordinario.El jueves pasado, el juez Roberts juró como jefe de la Cámara Alta durante este proceso, en sustitución del vicepresidente Mike Pence, al igual que hicieron los senadores como miembros del "jurado".Una vez que el "impeachment" arranca transcurre de manera similar a un juicio tradicional: los fiscales comienzan con una declaración inicial, seguida de la de los abogados del presidente.El testimonio de testigos ante el Senado es posible, pero en el caso del juicio a Trump todavía la Cámara Alta tiene que decidir si los permitirá.Por otro lado, no existe ninguna obligación de que el presidente comparezca durante el juicio político.A lo largo del proceso, los senadores escuchan los argumentos, al igual que hace un jurado ordinario. Si tienen dudas, pueden enviar sus preguntas por escrito para que sean formuladas por el presidente del Senado.Después de que cada parte exponga sus argumentos finales, comienzan las deliberaciones en una sesión a puerta cerrada y cuando acaban, el Senado vota en público y por separado cada cargo político.Se necesitan dos tercios para declarar culpable al presidente y, si no, sería exonerado.Los republicanos tienen la mayoría en el Senado con 53 de los 100 escaños. De manera que el juicio político contra Trump solo podría salir adelante si una veintena de senadores republicanos cambiara bando y votara con los demócratas, algo que de momento parece poco probable.Además, existe la posibilidad de que el Senado pase un moción para desestimar el caso, una votación que debe ser incluida en las normas antes del inicio del proceso o propuesto por los abogados del acusado, algo que en este caso los republicanos no ven con buenos ojos pues temen que divida al partido. El líder de la mayoría republicana en la Cámara Alta, Mitch McConnell, pretende que el juicio político acabe lo antes posible, posiblemente la próxima semana.El juicio a Bill Clinton en 1999 se extendió por cinco semanas y el de Andrew Johnson en 1868, tres meses.Un juicio corto resultaría ventajoso para Trump porque le permitiría celebrar su muy probable absolución durante el discurso anual sobre el estado de la Unión, el 4 de febrero en el Congreso.La noche del lunes, McConnell emitió una resolución que será sometida a votación en el pleno tras la apertura del "impeachment".Según el calendario sugerido por McConnell, el juicio político podría culminar a finales de la próxima semana si no se presentan pruebas o testigos adicionales y ofrecería un total de 24 horas a lo largo de dos días a los "fiscales" y a la defensa de la Casa Blanca para exponer sus argumentos, con lo que las jornadas se extenderían hasta más allá de la medianoche.A continuación habría un periodo de preguntas y respuestas de 16 horas, seguido por un debate y una votación acerca de si se deben considerar pruebas y testigos adicionales.Queda la incógnita si los republicanos aceptarán la presentación de nuevos testigos, entre ellos algunos claves como el exasesor de seguridad nacional Trump John Bolton, y documentos.IM