Las autoridades canadienses seguían luchando el lunes para controlar una protesta de camioneros contra las restricciones impuestas en el marco de la pandemia, la cual paraliza la capital desde hace varios días y amenaza con convertirse en una verdadera crisis política para el primer ministro, Justin Trudeau, quien exigió el cese inmediato de las movilizaciones.El alcalde de Ottawa, Jim Watson, urgió al gobierno federal a nombrar un mediador para dialogar con los manifestantes y hallar una manera de desactivar las protestas que irritan a los residentes con sus incesantes pitidos y humo de camiones.El domingo, Watson declaró un estado de emergencia en la ciudad, indicando que las protestas estaban "fuera de control", y este lunes pidió refuerzos al estado federal para poner fin al "asedio" abogando por el envío de mil 800 policías adicionales."Tiene que parar"Según estimaciones, entre 400 y 500 camiones seguían bloqueando el centro de la ciudad en la jornada."Esto tiene que parar", reclamó tajantemente Justin Trudeau el lunes, a su vuelta a la actividad en la Cámara de los Comunes, tras una semana de aislamiento por contagio del COVID-19."¡Esta pandemia ha sido una mierda para todos los canadienses! Pero los canadienses saben que la única salida es seguir escuchando a la ciencia", dijo, visiblemente irritado por las protestas.La situación llevó incluso a que el Parlamento convocara una reunión urgente de debate en la jornada para evaluar los pasos a seguir."El gobierno federal responderá", prometió por la noche Trudeau.Las manifestaciones del "Convoy de la Libertad" comenzaron el 29 de enero en el oeste de Canadá por parte de camioneros enfurecidos ante los requisitos de vacunas impuestos una vez que cruzan la frontera entre Estados Unidos y Canadá, pero derivaron luego en mayores protestas contra las restricciones impuestas por el gobierno de Trudeau para frenar la pandemia.Entre las ciudades que han registrado manifestaciones durante el fin de semana están Toronto, Winnipeg y Quebec.Dispuestos a negociarUna de las voceras de los manifestantes, Tamara Lich, dijo el lunes que los activistas están dispuestos a negociar con el gobierno para buscar una salida a la crisis, pero insistieron en que la restricciones deben reducirse."Lo que intentamos hacer ahora es ponernos en contacto con todas las partes a nivel federal, para poder organizar una reunión", dijo durante un evento transmitido en YouTube. "Para que podamos comenzar los diálogos y ver cómo podemos avanzar, hacer que levanten sus restricciones y mandatos, restaurar los derechos y libertadas de los canadienses e ir a casa", acotó.Ante las críticas que recibe por permitir que el centro de la capital sea bloqueado y los comercios cerrados, la policía de Ottawa anunció el domingo nuevas medidas para controlar las protestas, prohibiendo llevar combustible y otros suministros a los manifestantes.Varias personas han sido arrestadas o multadas, y vehículos fueron incautados.Gasolina al fuego Trudeau, quien estuvo en cuarentena tras resultar positivo en una prueba de COVID-19 la semana pasada, había descartado el jueves la posibilidad de desplegar al ejército para dispersar a los manifestantes, "por ahora"."Trudeau no tiene nada que ganar al hablar con los manifestantes", dijo Genevieve Tellier, politóloga de la Universidad de Ottawa.Pero otro analista político, Frederic Boily, de la Universidad de Alberta, indicó que las protestas podrían escalar en una verdadera crisis política."Justin Trudeau reaccionó mal al inicio", dijo. "Reaccionó demasiado fuerte y abruptamente al inicio de las protestas cuando intentó presentarlos como manifestantes de ultraderecha".Echó "gasolina al fuego" al presentar la vacunación como un asunto político, estimó.Aunque apenas 10% de los adultos canadienses sigue sin vacunarse, alrededor de 32% de la población apoya las protestas, según una encuesta reciente.