El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, admitió este miércoles que su gobierno debió hacer más tests para detectar el COVID-19 hace meses y que eso ha contribuido a la "fatiga" pandémica, sobre todo tras la llegada de la variante ómicron, que describió como un "nuevo enemigo".En su conferencia por el primer aniversario de su mandato, Biden rechazó haber "prometido demasiado" como candidato.Cuestionado sobre los problemas que ha enfrentado: el impacto de la variante ómicron y el tema del voto, el mandatario dijo que no esperaba el nivel de obstruccionismo que ha enfrentado."No preveía que hubiera un esfuerzo tan grande para que lo más importante fuera que el presidente Biden no consiguiera nada. Piensen en esto. ¿Qué buscan los republicanos? ¿qué buscan?".Aseguró que si bien "el trabajo no está terminado" en el tema del combate al COVID, "mejoraremos", indicó."No estoy pidiendo castillos en el aire. Estoy pidiendo cosas prácticas que el pueblo estadounidense ha estado pidiendo desde hace mucho tiempo", dijo.Pese a que al impacto que ha tenido ómicron en Estados Unidos, Biden señaló sentirse satisfecho con lo que se ha logrado. "Lo hemos hecho notablemente", dice"nadie ha organizado una operación estratégica como yo para que las vacunas lleguen a los brazos de los estadounidenses, entiendo la frustración, pero tenemos que poner las cosas en una balanza".Joe Biden aseguró las elecciones de 2022 podrían ser ilegítimas, sobre todo si no se aprueban las reformas al voto que los demócratas impulsan, pero que no se van a rendir.Además, indicó los próximos cambios que realizara arrancando su segundo año de gobierno:Por otra parte, el mandatario estadounidense advirtió que habrá un "desastre" para Rusia en caso de que decida invadir Ucrania.Reconoció que no es muy probable que Ucrania se una a la OTAN pronto. "Antes hay que resolver algunos asuntos", incluyendo democráticos.Sin embargo, reconoció que imponer sanciones a Rusia por el tema de Ucrania tendría efectos negativos para las economías de Estados Unidos y Europa, pero insiste en que para Rusia el efecto sería "devastador".ER
