Florida impuso el requisito de mostrar una prueba de residencia para vacunar contra el COVID-19 en un esfuerzo por contener el llamado "turismo de vacuna", pero esto puede dejar sin inmunizar a miles de inmigrantes indocumentados, además de personas sin hogar o de bajos recursos."Es muy desafortunado que la consecuencia de esta nueva regulación termine excluyendo a algunas de las personas más vulnerables de nuestra comunidad, que son las que carecen de documentos", dijo el viernes a la AFP Lily Ostrer, médica residente del Jackson Memorial Hospital de Miami y miembro del sindicato médico CIR/SEIU.Florida, un estado marcado cultural y económicamente por la inmigración -uno de cada cinco residentes nació en el extranjero-, limitó el jueves sus vacunas a los residentes permanentes o temporales. Éstos últimos son llamados "snowbirds" (ave migratoria) porque sólo pasan el invierno en esta región del sureste estadounidense.La decisión ocurrió luego de que se reportaran casos de turistas de Estados Unidos o del exterior que viajaron al estado -que en este momento vacuna a todos los mayores de 65 años- sólo para inmunizarse, en un nuevo fenómeno apodado "turismo de vacuna".Pero, si bien Florida ha administrado más de 1.3 millones de dosis, el proceso es señalado de ser lento y caótico.Por eso, la advertencia firmada por el jefe de Salud de Florida, Scott Rivkees, indica que, debido a la escasez de vacunas, los aspirantes deben mostrar una prueba de residencia. Esto puede ser la licencia de conducir, la factura de algún servicio público o una carta de un banco.JM