Un operativo en contra de narcotraficantes de un poderoso grupo criminal dejó un saldo de por lo menos 21 muertos en Río de Janeiro. Los sucesos sucedieron en un complejo de favelas de la ciudad, esto a un año de la acción policial más sangrienta de la región costera, que acabó con la vida de 28 personas. El complejo de Penah, localizado en la zona norte de Río de Janeiro, fue el lugar que amaneció con el sonido de detonaciones de armas, después de que elementos de la Policía Militar entraran en él en busca de líderes del grupo criminal conocido como Comando Vermelho, uno de los más peligrosos de Brasil junto con el Primer Comando de la Capital (PCC). Los agentes fueron sorprendidos a tiros por los criminales durante el operativo. En un inicio, la policía informó sobre al menos de 13 víctimas mortales, entre ellas 11 civiles presuntamente sospechosos, una mujer de las barriadas pobres y otra de la que se desconocen detalles. Sin embargo, posteriormente, el número de fallecidos se elevó hasta 21.El objetivo del operativo, según autoridades, es intentar mermar el Comando Vermelho, una facción "con una ideología de guerra", y que es "responsable por más del 80% de los enfrentamientos armados" del estado de Río de Janeiro. "Tiene una política expansionista, una ideología de guerra, de enfrentamiento. No solo contra las fuerzas policiales, también contra otros grupos criminales", señaló el portavoz de la Policía Militar, Ivan Blaz.De acuerdo con Blaz, el Comando Vermelho ha comenzado a proteger a narcotraficantes de otros estados que "dan órdenes" desde Río de Janeiro "para cometer homicidios en otras regiones" del país, y que supuestamente estarían escondidos en la Vila Cruzeiro, dentro del Complejo de la Penha. Vila Cruzeiro fue una de las favelas de Río ocupadas a finales de 2010 por el Ejército brasileño en una gran operación para expulsar el narcotráfico, pero los grupos han ido paulatinamente recuperando el control de la región.En el operativo fue confiscado un "arsenal de guerra" compuesto por pistolas, 10 granadas y al menos 13 fusiles procedentes de China y Europa del Este, que llegaron a Brasil mediante el tráfico internacional de armas, además de vehículos y motocicletas. "Son armas que pueden matar a personas a larga distancia", señaló Blaz. Así ocurrió con Gabriele Ferreira de Cunha, de 41 años, quien caminaba por la parte baja de la favela, cuando fue alcanzada por una bala perdida."Fue la pérdida de una vida inocente. No vamos a tener un gran éxito en una operación mientras tengamos muertes de un inocente (...) Infelizmente es necesario que hagamos operaciones como esa", justificó el portavoz. En una primera reacción tras el tiroteo de hoy, Human Rights Watch (HRW) pidió una "inmediata y exhaustiva" investigación de los hechos y denunció que los habitantes de la barriada "pasaron horas aterrorizados". "Río necesita con urgencia una nueva política de seguridad pública que no sea la bala", añadió HRW. SE