El primer ministro británico, Boris Johnson, hundido por los escándalos, renunció ayer al liderazgo del Partido Conservador y está bajo presión para dejar el poder ya, sin esperar a que su formación le designe un sucesor.En un mensaje frente a la célebre puerta negra del número 10 de Downing Street, el controvertido líder de 58 años anunció que, ante la creciente presión interna, renunciaba al liderazgo de la formación gubernamental.Sin embargo, afirmó que permanecerá como jefe de Gobierno hasta que su partido celebre elecciones internas en el verano boreal para designar a un nuevo dirigente antes de su congreso anual en octubre. Quien resulte elegido se convertirá automáticamente en primer ministro hasta las próximas legislativas, previstas en 2024.Entre tanto, Johnson nombró a nuevos ministros y secretarios de Estado para reemplazar al alud de dimisionarios que abandonaron el ejecutivo como protesta en los últimos dos días. Y aseguró que no intentará, mientras permanezca en el puesto, aplicar nuevas políticas o cambios de rumbo importantes.“Las grandes decisiones fiscales deberían dejarse en manos del próximo primer ministro”, indicó Downing Street tras la primera reunión del nuevo gabinete.Pero una de las figuras del Partido Conservador, el ex primer ministro John Major, elevó inmediatamente la voz contra una situación “insostenible”.“Por el bien del país, Johnson no debe permanecer en Downing Street (...) más tiempo del necesario”, afirmó, sugiriendo que el vice primer ministro Dominic Raab actúe como jefe de Gobierno interino.Según un sondeo de YouGov, el 56% de los británicos coincide en que Johnson debería dejar ya el poder, entre rumores de que se aferra al cargo para celebrar a finales de mes una fastuosa fiesta de bodas en Chequers, la residencia de campo de los primeros ministros, dado que cuando se casó en mayo de 2021 las restricciones por la pandemia lo impedían.