Birmania (Myanmar) y Bangladesh acordaron iniciar el miércoles las negociaciones para la repatriación de más de medio millón de rohinyás; que se auto exiliaron en Bangladesh para huir de la violencia de la que eran víctimas en Birmania.El anuncio se produjo al concluir hoy en Naipyidó la 13 reunión ministerial del foro de cooperación Asia Europa (ASEM), que contó con la participación de 51 naciones de ambos continentes y en la que el éxodo rohinyá fue omnipresente, pese a no figurar en la agenda.Aung San Suu Kyi, líder de facto de Birmania, no precisó cuándo se llegará a un compromiso para que la minoría musulmana pueda regresar al territorio birmano. En rueda de prensa sólo comentó que se hará "lo antes posible" y sobre cómo ocurrirá el regreso comentó que "en el curso de la negociación se esclarecerán esos detalles".Birmania y Bangladesh han mantenido contactos para resolver la migración masiva; pero por primera vez la discusión se abordada a nivel magisterial, las conversaciones tendrán lugar en Naipyidó y se prolongaran del miércoles al jueves. Mahmud Ali, líder de Bangladesh, permanecerá durante más días en el sitio del foro para poder asistir a las negociaciones.Aunque no ha sido confirmado por fuentes oficiales, es posible que la propia Suu Kyi, que además de líder de facto del Gobierno y encargada de Relaciones Exteriores, lleve la batuta en la conversación. Sin embargo, fuentes diplomáticas han comentado que se preve que el proceso será largo y penoso.Más de 600 mil rohinyás se refugiaron en Bangladesh, luego de que su país iniciara en agosto una operación militar que terminó en masacre; el ataque fue justificado por la muerte de elementos militares en un ataque del llamado Ejército de Salvación Rohinyá de Arakan (ARSA).Al menos 400 personas perdieron la vida y 300 poblados fueron arrasados en la operación de represalia contra el grupo musulmán; en un país donde el budismo es profesado por el 90% de sus habitantes, a veces en su versión más radical.La identificación de los refugiados será un obstáculo difícil de superar, pues Birmania no reconoce la ciudadanía a los rohinyás, que cataloga como inmigrantes bengalíes, por lo que no tiene un censo fiable de esta comunidad en su país. Otra dificultad será que la repatriación se haga de forma voluntaria, pues muchos rohinyás se resisten a regresar a su país después de la matanza.La crisis rohinyá dominó el debate en la conferencia de ASEM en la que se ha alumbrado el proceso de negociación para resolver el drama humanitario, y países de mayoría de población islámica, como Malasia e Indonesia, lo sacaron a relucir en el plenario de la reunión de dos días.Los representantes de esos países aludieron, no obstante, a los rohinyás como "refugiados del estado de Rakáin", hogar de esa comunidad y en el oeste de Birmania, donde el nombre de ese grupo étnico está prohibido oficialmente por considerarlo extranjero.También por presión birmana, en la declaración final de la conferencia no se hizo referencia alguna a la crisis rohinyá.En contraste, algunos analistas contemplaron como un éxito diplomático de Suu Kyiel texto en que propone como objetivo la lucha conjunta contra "la inmigración ilegal", que es el marco en que se sitúa con frecuencia a los rohinyás en el país anfitrión.