La enviada especial de la ONU a Birmania (Myanmar), Christine Schraner Burgener, alertó este miércoles de un "baño de sangre inminente" en Birmania por parte del Ejército golpista y pidió al Consejo de Seguridad "acciones significativas que puedan revertir el curso de los acontecimientos"."Cuando miremos atrás dentro de diez años, ¿Cómo juzgará la historia esta inacción? Espero que ustedes puedan actuar mientras aún hay tiempo para evitar el peor de los resultados", dijo Schraner en un discurso pronunciado ante los miembros del máximo órgano de la ONU en una reunión a puerta cerrada.En su exposición, Schraner dibujó un panorama extremadamente sombrío de la situación en el país, donde la represión de las fuerzas de seguridad ha causado la muerte de 520 civiles."Todo el país está a punto de convertirse en un Estado fallido", dijo la representante de Naciones Unidas, que también mostró su temor a que, "debido a que la crueldad militar es tan severa, las guerrillas étnicas birmanas podrían tomar una postura clara de oposición, incrementando la posibilidad de una guerra civil a una escala sin precedentes".El Ejército de Arakan, el Ejército de Liberación Nacional Ta'ang y el Ejército de la Alianza Democrática Nacional de Myanmar firmaron un comunicado conjunto este martes en el que advirtieron al Ejército birmano de que si no detiene sus acciones violentas defenderán y colaborarán con el movimiento de protesta civil contra la junta militar.Para Schraner, "los crímenes internacionales más graves y las violaciones del derecho internacional parecen estar ocurriendo a plena vista", una tendencia que considera "se volverá más sangrienta porque el comandante en jefe parece decidido a solidificar su control ilegal del poder por la fuerza".Ante esta situación, la representante de la ONU insistió en la necesidad de una mediación, pero subrayó que los militares han cerrado la puerta al diálogo a la mayor parte del mundo en lo que, según Schraner, parece indicar que "los militares sólo se involucrarán (en una mediación) cuando sientan que pueden contener la situación mediante la represión y el terror"."Permaneceré abierta al diálogo y continuaré señalando esto, pero si simplemente esperamos a cuando estén listos para hablar, la situación en el terreno solo empeorará. Un baño de sangre es inminente", dijo antes de pedir que no se dé "legitimidad a su Gobierno" ni se reconozcan los intentos de los militares de crear una fachada de que todo sigue igual".En este sentido, anunció que espera viajar la próxima semana a la región como continuación de sus "estrechas consultas" con miembros de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN)."Una respuesta internacional sólida requiere un pivote regional unificado, especialmente con países vecinos utilizando su influencia para la estabilidad en Myanmar. Creo firmemente que ningún país de la ASEAN u otros que comparten sus fronteras con Myanmar querrían un Estado fallido como vecino", declaró.JM