Sábado, 23 de Noviembre 2024

Bezos, Musk y la ambición por conquistar el espacio

El empresario británico, Richard Branson, fue el primero que emprendió fuera de la tierra; el ex CEO de Amazon y el fundador de Tesla y jefe de la empresa SpaceX han tomado la ventaja

Jeff Bezos, fundador de Amazon y la compañía de turismo espacial Blue Origin, su hermano Mark Bezos, Oliver Daemen y Wally Funk. AFP

Jeff Bezos, fundador de Amazon y la compañía de turismo espacial Blue Origin, su hermano Mark Bezos, Oliver Daemen y Wally Funk. AFP

La carrera por el “turismo espacial” comenzó desde hace meses, cuando empresas particulares pusieron sobre la mesa la opción de poder hacer un viaje único y conocer otras latitudes de este amplio universo. Ante esto, empresarios, actores, cantantes o cualquier mortal que cuente con algunos miles de dólares en la cartera y pueda costearse esta experiencia, está más cerca que nunca de conocer lo que, hasta el momento, muy pocos han visto.

Algunos de los magnates más influyentes y reconocidos del mundo que han expresado su interés en el espacio exterior, ya sea para visitarlo, o comenzar con el ahora famoso “turismo espacial”, son el ex CEO de Amazon, Jeff Bezos; el fundador de Tesla, y jefe de la empresa SpaceX, Elon Musk, y el empresario británico, Richard Branson. Los tres tienen algo en común, además de sus amplias cuentas bancarias que juntas suman casi 400 mil millones de dólares (MDD), y es que buscan llevar a quien quiera acompañarlos.

Y justamente fue Branson quien se convirtió en el primer multimillonario en viajar al espacio en una nave que fue desarrollada por su propia empresa, Virgin Galactic.

El pasado mes de julio, el inglés emprendió un viaje a bordo del VSS Unity junto a otros cinco tripulantes, que en sus propias palabras, fue “una experiencia única en la vida”, y le permitió estar unos minutos en el espacio, a 86 kilómetros de altura, donde pudo sentir la ingravidez y observar la curvatura de la Tierra.

Branson fundó Virgin Galactic justo para que estas experiencias fueran una opción para el resto de la población, pues cuando las pruebas finalizaran, ya que se tiene previsto al menos otros dos vuelos más de prueba, estarían iniciando operaciones comerciales a principios de 2022. El costo por vivir esta inolvidable experiencia sería aproximadamente de entre 200 mil y 250 mil dólares.

Sin embargo, los planes de Branson podrían cambiar drásticamente, ya que a inicios de septiembre la Administración Federal de Aviación (FAA por sus siglas en inglés) informó que investiga el vuelo que realizó el multimillonario al borde del espacio ya que descubrieron que se desvió de su trayectoria original.

Ante esto, la FAA determinó que Virgin Galactic no podrá realizar otro vuelo espacial hasta que se concluya la investigación y determine que “los problemas relacionados con el incidente no afectarán la seguridad pública”.

Por su parte, Jeff Bezos logró llevar al espacio a su hermano Mark, a una ex piloto de 82 años y al hijo de un multimillonario, junto a él en su despegue en un cohete New Shepard de Blue Origin, compañía espacial de su propiedad, alcanzando los 106 kilómetros de altura para experimentar por unos minutos la ingravidez.

“¡El mejor día!”, exclamó Bezos tras aterrizar dentro de una cápsula en las inmediaciones del poblado de Van Horn, EU.

A diferencia del trayecto que hizo Richard Branson, en el viaje de Bezos superaron la línea imaginaria de Karman, situada a 99.7 kilómetros de la Tierra y que en algunos ámbitos científicos se acepta como la división entre la atmósfera terrestre y el espacio exterior.

Además, el viaje que realizó Bezos al espacio generó mucha controversia, pues esto ocurrió cuando Amazon, la empresa que manejó durante 27 años, pasaba por una crisis debido a las múltiples demandas por parte de sus empleados que acusaban a la empresa de brindarles condiciones insalubres de trabajo.  

Elon Musk, aunque aún no viaja al espacio a bordo de una de sus naves Crew Dragon (Crew-1), sí logró en mayo de 2020 convertir a SpaceX en la primera empresa privada en enviar humanos a la Estación Espacial Internacional (EEI) tras 19 horas de vuelo. En la nave, iban a bordo dos astronautas de la NASA.

Después, Musk lanzó exitosamente la Crew-2 de SpaceX a la Estación Espacial Internacional; esta vez la tripulación estaba conformada por un astronauta de la NASA, otro de la agencia espacial japonesa JAXA y un astronauta de la Agencia Espacial Europea.

SpaceX, la empresa de cohetes de Musk, realizó un tercer lanzamiento privado en conjunto con la NASA con destino a la Estación Espacial Internacional. El cohete Falcon 9 también fue utilizado para la misión Crew-1, que se llevó a cabo en el año 2020. Este viaje es uno de los que se tienen contemplados como parte del acuerdo que firmaron la NASA y SpaceX en 2014 por dos mil 600 millones de dólares para transportar tripulantes y mercancía a la EEI.

En aquel entonces, cuando finalizó el lanzamiento con éxito, Musk celebró dicha operación y aseguró que estaban en el comienzo de “una nueva era de la exploración espacial”.

El plan original de SpaceX es ofrecer de cuatro a cinco días de viaje al espacio en su cápsula Crew Dragon a civiles, y aunque esto se tenía previsto para finales de 2021, parece que la suerte les sonríe porque más pronto de lo planeado la compañía lanzará una nueva misión espacial, pero ahora con civiles.

El lanzamiento de la misión, llamada Inspiration4, está programado para llevarse a cabo este año desde el Centro Espacial Kennedy de la NASA y tendrá una duración de tres días.

Los cuatro civiles que tripularán la cápsula de SpaceX estarán encabezados por el multimillonario, Jared Isaacman, quien eligió a sus compañeros de viaje de manera específica, pues busca apoyar al Hospital de Investigación Infantil St. Jude.

Los tripulantes que marcarán historia en el “turismo espacial” son: Hayley Arceneaux, sobreviviente de cáncer; el exmilitar de las Fuerzas Aéreas de EU, Christopher Sembroski y la doctora, Sian Proctor, profesora de geociencias y especialista en comunicación científica.

Misión Inspiration4. Cuatro turistas espaciales de SpaceX estuvieron tres días en el espacio. TWITTER/ @Inspiration4x

Pero no hay que confundirnos, a pesar de que el “turismo espacial” es evidente entre estos multimillonarios, las misiones centrales de Bezos, Musk y Branson son muy distintas: la del primero es crear una base permanente en la Luna con colonias espaciales, junto a animales y trabajadores. Mientras que la del segundo se centra en Marte con su nave Starship, ya que quiere establecer una ciudad autosuficiente y utilizarlo para explorar de manera más sencilla el Sistema Solar. Elon Musk estima que el desarrollo de este proyecto será de unos cinco mil millones de dólares, mientras que algunos expertos han externado sus dudas sobre que colonizar Marte sea una empresa viable. El tercero evaluará la experiencia para abrir estos viajes al público e impulsar la incipiente industria del turismo espacial.

Quien lleva la delantera en cumplir su meta es SpaceX debido al contrato que tiene con la NASA para construir un sistema de aterrizaje en la Luna, algo que molestó a Bezos, pues la propuesta de Blue Origin fue rechazada por la agencia espacial estadounidense.

Este proyecto contempla una inversión de 2.9 mil millones de dólares y pretende que astronautas regresen a la Luna en 2024 a través de la misión Artemis. El diseño del vehículo lunar estará basado en la nave Starship de SpaceX, que aún está siendo sometida a pruebas.

Por lo anterior, Bezos demandó a la NASA tras acusarlos de “injustos” por seleccionar el acuerdo de Musk en una “evaluación ilegal e inadecuada” de las propuestas de ambas compañías privadas. La agencia espacial estadounidense dijo que no había “actuado indebidamente” al otorgarle el contrato a una sola empresa, sin embargo, todavía tendrá que presentar una respuesta a la acción legal de Bezos antes del 12 de octubre.

Boeing y su fallido intento

Otro que está en la fila por “conquistar” el espacio, es la compañía de aviación estadounidense, Boeing, sin embargo, su carrera por lanzar misiones no ha sido nada exitosa.

A finales de agosto se tenía previsto llevar a cabo la misión no tripulada Boeing Orbital Flight Test-2, pero el lanzamiento tuvo que aplazarse hasta el 3 de agosto, y cuando esa fecha llegó, la cápsula, a bordo del cohete Atlas V de United Launch Alliance, dio problemas debido a que una serie de válvulas fallaron, lo que ocasionó la cancelación del despegue.

Después de este tropiezo, Boeing anunció, que junto a la NASA, decidieron suspender indefinidamente esta misión y dar paso a otras de “prioridad nacional”.

Y es que no es el primer fallo de la compañía estadounidense, pues en el lanzamiento de la nave Starliner en el año 2019, Boeing registró otro fracaso: la nave despegó de manera correcta, pero no logró llegar a la EEI debido a problemas con el software.

Aunque es un tema innovador y hasta un poco impresionante, las constantes misiones de estos multimillonarios por llegar al espacio han generado un debate debido al impacto que dejará en el medio ambiente, ya que expertos han advertido que los gases y partículas que se generan durante los lanzamientos de los cohetes tienen muchos efectos negativos en la atmósfera.

Quizá el “turismo espacial” aún no está definido, y habrá que ver las mejoras tecnológicas y climáticas de cada una de las empresas privadas antes mencionadas durante los próximos meses, así como los objetivos de la NASA de llevar a hombres a la Luna y, próximamente, a Marte.

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