La emblemática Plaza de Mayo de Buenos Aires se colmó este viernes de manifestantes para repudiar el atentado contra la vicepresidenta Cristina Kirchner, quien resultó indemne, al considerarlo un hecho límite en la vida democrática argentina.Decenas de columnas de sindicatos y organizaciones políticas marcharon por el centro de Buenos Aires y otras ciudades, pero también trabajadores de clase media sin filiación, profesionales y estudiantes se sumaron a la convocatoria del gobierno que declaró un feriado nacional para facilitar la participación.Entre los cientos de banderas argentinas y de agrupaciones sociales y sindicales, abundaron los carteles con la leyenda "Basta de odio"."Esta movilización demuestra que estamos en desacuerdo con lo que está ocurriendo, que tienen que parar con el odio y los ataques", dijo Mónica Sucoti, una psicopedagoga y docente de 71 años aferrada a una bandera argentina."Nosotros que hemos vivido los golpes de Estado en Argentina no podemos tolerarlo. Es un acto en contra de la democracia, es eso lo que está en peligro por el odio contra los que pensamos diferente", añadió.Sucoti consideró que "es la falta de tolerancia y empatía hacia el otro la causa de que los desacuerdos políticos hayan socavado a la sociedad hasta abrir la llamada 'grieta' que enfrenta a peronistas y antiperonistas y que se sintetiza en la figura de Cristina".Para Laura Itchat, una docente universitaria de 47 años que acudió junto a su bebé de cinco meses, el ataque a la vicepresidenta debería ser un punto de inflexión para terminar con "la grieta"."Estamos ante un hecho gravísimo, que ningún sector puede dejar de repudiar para defender a la democracia porque nos pone en un límite que es imprescindible no pisar", aseveró.A sus 17 años, Juan Ignacio Saíz se dice harto de los enfrentamientos políticos y considera el atentado como el resultado de "años de discursos de odio y grieta". "La política se ha vuelto una pelea de 'barrabravas", resumió.JM