El mundo comienza el año nuevo 2022 entre festejos con fuegos artificiales, pero también con fiestas canceladas y otras restricciones tras un 2021 de pandemia que cierra con alzas de contagios de COVID por la variante ómicron.Áreas de Kiribati, situada en el Pacífico, fueron las primeras en dar la bienvenida al Año Nuevo.Sídney, la mayor ciudad de Australia y una de las primeras en recibir a 2022, también había decidido mantener los fuegos artificiales que suelen iluminar su icónico puerto.A diferencia de 2020, el espectáculo reunió a decenas de miles de personas, después de que Australia haya abandonado este año su estrategia de erradicación del virus y busque convivir con él. Pero la afluencia quedó muy lejos del habitual millón o más de asistentes. Los turistas aún no pueden ingresar al país.Aún así, la ciudad recibió a 2022 con una explosión, encendiendo seis toneladas de fuegos artificiales de colores que iluminaron la Ópera y las barcazas flotantes, convirtiendo el Puente del Puerto en un arcoíris.En Taiwán brilló el espectáculo en el rascacielos Taipéi 101, que por primera vez desplegó efectos en 3D. En los Emiratos Árabes Unidos, Dubai preparó un espectáculo de fuegos artificiales en el Burj Khalifa, la torre más alta del mundo con sus 828 metros, y el emirato de Ras Al-Khaimah intentará una vez más batir el récord mundial del mayor espectáculo pirotécnico.En Río de Janeiro, Brasil, que suele reunir a 3 millones de personas en la playa de Copacabana, la fiesta sigue adelante.Y en Times Square de Nueva York, los eventos oficiales se reducirán, pero igualmente se esperan multitudes.La ola de contagios provocada por la contagiosa variante ómicron ha provocado que muchos gobiernos recuperaran las restricciones para este periodo festivo.Ciudad de México, Sao Paulo o Bangkok cancelaron sus celebraciones de Año Nuevo. Grecia prohibió la música en bares y restaurantes y el Papa Francisco suspendió su habitual visita de Nochevieja al pesebre de la plaza San Pedro.La mayoría de ciudades españolas anularon sus festejos públicos, pero no Madrid, con un enfoque menos restrictivo, que permitirá a 7 mil personas comerse las uvas durante las tradicionales campanadas en la Puerta del Sol.Para muchos, en Bombay, Barcelona o Montreal, la fiesta deberá terminar antes por los toques de queda impuestos contra el virus, en algunos casos desde antes incluso de medianoche.En Sudáfrica, donde se detectó a finales de noviembre la nueva variante, la presidencia decidió lo contrario: levantar el toque de queda justo antes de Año Nuevo, tras dar por superado el pico de contagios causado por ómicron.Los expertos esperan que esta tendencia se replique en otros lugares, dando lugar a una fase menos mortífera de la pandemia en 2022.Pero la Organización Mundial de la Salud (OMS) no quiere bajar la guardia y advierte que el "tsunami" de contagios puede poner a los sistemas sanitarios "al borde del colapso".IM