Después de 30 años y cinco meses de reinado, Akihito dejará el próximo martes el Trono del Crisantemo al príncipe heredero Naruhito, en la primera abdicación de un emperador de Japón en dos siglos. Será la primera vez que un emperador japonés cede el puesto en vida, en virtud de una ley de excepción hecha a medida para Akihito.A mediados de 2016, el mandatario dijo que quería dejar el trono porque ya no podía ejercer “en cuerpo y alma” debido a sus 85 años y a su estado de salud.Fue el Gobierno el que decidió la fecha de la abdicación y todo lo que la rodea, un proceso en el que la familia imperial no ha tenido voz ni voto. Las principales ceremonias, muy protocolarias, durarán solo dos días (30 de abril y 1 de mayo) y se celebrarán en el Palacio imperial.El futuro emperador de Japón, el príncipe Naruhito, deberá mantener un difícil equilibrio entre las tradiciones de una institución milenaria y su voluntad de acercar a la familia imperial a la realidad del mundo actual, al tiempo que protege a su esposa, con dificultades en su rígido papel.En 2015, consideró “importante, ya que el recuerdo va a borrarse”, que los japoneses “miren con humildad” las décadas pasadas, sin ocultar los abusos cometidos por el Ejército imperial durante la primera mitad del siglo XX.Según los expertos, con esto no le bastará para dejar huella, pero su preocupación por el problema del agua en la Tierra podría darle un cariz más internacional a su papel.