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W.S. Merwin, in memoriam
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W.S. Merwin, in memoriam
El viernes 15 de marzo murió en Hawai el poeta William Stanley Merwin. Había nacido en Nueva York en 1927 y recibió dos veces el premio Pulitzer, entre muchos otros. Fue uno de los escritores más respetados, prolíficos y versátiles de su generación; publicó cerca de medio centenar de libros de poemas y traducciones de poesía, y ocho en prosa, tanto de ficción como ensayo. Se mantuvo siempre fiel a su temprana visión de la poesía, herencia de Pound, encapsulada en uno de sus versos (en The Spirit of Romance): “Todas las edades son contemporáneas”. Fue lo menos gringo que pudo, vivió en distintos países y en todos aprendió y escribió mucho, y cada vez mejor. Sus traducciones estuvieron al servicio de otros poetas y otras culturas, que alimentaban también su escritura. En Mallorca fue tutor del hijo de Robert Graves, estuvo por años en Francia y en Inglaterra, tradujo entre otros a Dante, a Borges y a los trovadores provenzales, y tras instalarse en Hawai a finales de los setenta se convirtió, además, en especialista en palmeras, que cultivaba en su jardín.
Los timoneles*
El navegante del día
traza su ruta acorde con unas pocas
estrellas diurnas
que nunca ve
salvo como negras estimaciones
sobre el papel blanco
cálculos del presente
y aun más allá
sobre un solo plano
mientras que en el mismo impulso viajero
el otro navegante sólo se guía
por lo que ve
y nombra a cambio de las visiones del día
lo que adivina en el oscuro vacío
sobre su cabeza
nombra a cambio de lo que nunca ha visto
lo que nunca verá
y nunca ve
al otro
la tierra misma se interpone siempre entre ambos
sin embargo él deja mensajes
con respecto a los cuerpos celestes
como si estuviese hablando de su propia vida
y a su vez encuentra
mensajes sobre
movimientos invisibles de los cuerpos celestes
movimientos de los días de una vida
y ambos navegantes dan voces
al pasar por los mismos lugares al amanecer
y al anochecer
gritan dormidos y despiertos
pero no pueden estar seguros de lo que oyen
cada vez imaginan más ecos
año tras año
tratan de encontrarse
piensan sin cesar uno en el otro
y en los rumores de un parecido entre ambos
*De La rosa náutica (The Compass Flower), México, El Tucán de Virgina, 1993; traducción de Jorge Esquinca y María Palomar.
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