El repertorio de las estrategias contrainsurgentes del Estado mexicano contra los disidentes, durante la Guerra Sucia, incluye varias prácticas represivas, pero pocas tan crueles y brutales como los “vuelos de la muerte”. Esta práctica, como han denunciado a lo largo de varias décadas víctimas de la guerra contrainsurgente, consistió en tirar al mar los cuerpos de los disidentes desaparecidos y ejecutados extrajudicialmente. Durante años se supo de esta brutal práctica cometida por elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y de pilotos de la Fuerza Aérea Mexicana. Y se sabía el punto de donde partían estos vuelos: la base aérea de Pie de la Cuesta, cerca de Acapulco, Guerrero.Hoy, gracias a recientes investigaciones periodísticas y un trabajo de recreación visual producido por el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Prodh y el proyecto SITU Research de Nueva York, se ha difundido públicamente el video “Vuelos de la muerte, una reconstrucción audiovisual”, en el que se ubica la base aérea y dentro de ella, el punto exacto de detención de las personas privadas ilegalmente de la libertad y que estaban como desaparecidas para sus familiares y organizaciones. El punto de detención era conocido como el “bungalow” y a un lado se situaba el lugar de las ejecuciones extrajudiciales de las personas desaparecidas para posteriormente subirlas a un avión de fabricación israelí y posteriormente sus cuerpos eran arrojados al mar. El video del Centro Prodh y SITU Research se puede ver aquí en esta liga: https://www.youtube.com/watch?v=tHU-Aj1ImX8. Pero los detalles más precisos de la muerte se pueden consultar un par de reportajes publicados por los colegas periodistas José Reveles y Jacinto Rodríguez Munguía, en el portal Fábrica de Periodismo en noviembre del año pasado. El primer reportaje se llama “Toda la verdad sobre los vuelos de la muerte” (https://cutt.ly/uw93LXkZ). El segundo se titula “Cinco años de vuelos de la muerte” (https://cutt.ly/Bw93NfkB), y en este se detalla que entre 1974 y 1979 hubo al menos 54 “vuelos de la muerte” en los que se arrojaron al mar al menos unos 350 cuerpos de personas, la mayoría asesinadas, pero en ocasiones todavía con vida Los detalles sobre los “vuelos de la muerte” se conocen porque al comienzo del sexenio de Vicente Fox Quezada se ordenó investigar hechos represivos cometidos por el Estado en contra de disidentes políticos. En ese contexto, desde la Sedena se instruyó que se investigaran delitos cometidos por personal militar y se abrió una investigación en contra de los generales Francisco Quirós Hermosillo y Arturo Acosta Chaparro, y al mayor Francisco Barquín, pero ninguno fue imputado por desaparición forzada u homicidio contra cientos de personas que fueron arrojadas al mar. Se les imputaron cargo por delitos contra la salud, en particular bajo la acusación de que trabajaron para Amado Carrillo Fuentes, líder del Cártel de Juárez. Gracias a esta investigación, el capitán de justicia militar Ángel Rosas Gómez interrogó a varios ex integrantes de la tripulación que piloteó esos “vuelos de la muerte”. Los detalles son precisos y específicos y ofrecen más información que la que habían aportado antes los testigos que estuvieron detenidos en la base de Pie de la Cuesta y que por fortuna fueron liberados. Pero la justicia no ha llegado a las víctimas, porque la cúpula militar sigue protegiendo a los implicados.Justicia es lo que busca Alicia de los Ríos Merino, abogada e historiadora que busca a su madre del mismo nombre, desaparecida en enero de 1978 en la Ciudad de México y posteriormente trasladada a la base aérea de Pie de la Cuesta, último sitio donde fue vista con vida. Los “vuelos de la muerte” todavía podrían ser investigados actualmente por el Gobierno federal, pero falta que tenga voluntad política y se anime a enfrentar el poder militar. Es necesario castigar los hechos represivos del pasado para poder sanar el presente. Si ahora tenemos una grave crisis por desaparición de personas en México, en parte se debe a que las desapariciones cometidas durante la Guerra Sucia no han sido sancionadas. Los “vuelos de la muerte” deben ser conocidos por todos los mexicanos, los responsables deben ser castigados, y las víctimas todavía esperan reparación y justicia para todos sus familiares cuyos cuerpos fueron arrojados despiadadamente al mar. rubenmartinmartin@gmail.com