Oficialmente comenzaron las campañas y con ellas los cuestionamientos. Yo tengo varias preguntas. ¿Por qué ser mujer es un argumento para pedir el voto? Vivimos en un país machista, sin lugar a dudas, pero pareciera que para muchos asesores puede ser un argumento convincente el del género. Ser mujer no es razón suficiente para decidirnos por una opción electoral, pero tristemente para algunos sigue siendo una condición para no hacerlo.¿Por qué muchos votantes prefieren tachar en la boleta el nombre de Andrés Manuel López Obrador argumentando que es el único al que no le hemos dado la oportunidad, pero desconfían de Margarita Zavala sólo por su género? Al margen de las simpatías, lo lamentable es que la decisión de voto esté apoyada en supuestos machistas como que seguramente gobernará su marido, o que no tendrá la suficiente capacidad de negociación para sacar al país adelante. Hoy más que nunca deberíamos elegir por propuestas, experiencia, o el historial más honesto.Por el otro lado, ¿por qué nuestros candidatos hablan de las mujeres como si se tratara de un grupo homogéneo? Todos prometen que estarán de nuestro lado y que no permitirán que continúe la violencia ahora cada vez más visible. Tanto Ricardo Anaya, como José Antonio Meade retoman el tema de la igualdad en el ámbito laboral, pero honestamente ¿qué hicieron por resolverlo cuando pudieron? ¿Promueven realmente la equidad en sus equipos, en sus hogares, en sus relaciones personales? ¿Hizo algo López Obrador más allá de lamentar la violencia que sufren las mujeres en todo el país o es solo un discurso que le dijeron que estaba en tendencia?Los candidatos coinciden en la tibieza con el que tratan el tema de género. No es suficiente con recurrir a las frases clichés como que las mujeres somos mejores administradoras porque atendemos un hogar, o que somos más sensibles porque como madres somos pilar de las familias. No se resuelven las cosas poniendo changarros, ni diciendo que acabarán con la impunidad alrededor de los feminicidios. Hacen falta candidatos dispuestos a llamarle al feminicidio por su nombre. Sin miedo a hacer valer la alerta de género en lugar de tratar de ocultar las verdaderas cifras. Alguien que busque más que ir a la segura, repitiendo lo que todos dicen.Incluso Margarita Zavala, la única mujer en la boleta, ha sido poco contundente para defender su sitio. La candidata tiene la oportunidad de retomar las diferentes voces de las mujeres, con una campaña sin precedentes. La expectativa es que sea ella quien represente verdaderamente lo que nunca hemos escuchado en una elección. Su equipo está a tiempo de replantear el rumbo.Este país tiene que dejar de debatir si está listo para tener una mujer en la presidencia, porque así exactamente es como cuestiona la labor de las mujeres en todos los ámbitos. Ese no puede ser el argumento para ignorar las propuestas. Escuchemos sin juicios, pero bien atentos.
