La violencia y la inseguridad no son apenas dos conceptos que se convirtieron en lugar común en las campañas 2018. Son tan reales y cercanas a los candidatos en todo el país, que según cifras oficiales, cuando todavía quedan poco más de 20 días de campaña ya han sido asesinados en diferentes hechos y lugares del país, hasta 40 candidatos a diferentes cargos.En Jalisco, después de la agresión a balazos contra el ahora ex secretario Luis Carlos Nájera (21 de mayo), es evidente cómo se han reforzado las medidas de seguridad en torno de personajes como el ex fiscal y hoy candidato a alcalde, Eduardo Almaguer Ramírez. Y se han hecho públicas otras denuncias, como la de María Elena Limón, candidata de MC a reelegirse como presidenta municipal de San Pedro Tlaquepaque; a ella la amenazaron de muerte mediante un video que le hicieron llegar por la red WhatsApp.En otro evento que ganó más atención pública porque involucró a candidatos a la gubernatura, Enrique Alfaro Ramírez escribió en su cuenta de Twitter, el viernes 1 de junio, que la violencia había alcanzado a su familia, pues habían asesinado al suegro de su hermano.En un giro inesperado, el candidato del PRI, Miguel Castro Reynoso, escribió en la misma red social un texto en el que envió condolencias a Alfaro Ramírez, pero también lo responsabilizó por el aumento de la inseguridad.Obvio: le cayeron encima las críticas y las ofensas.De hecho, en un primer momento Miguel Castro aseguró que ya había borrado el tuit, pero no era así. La polémica continuó durante horas y otros personajes públicos se sumaron a la batalla verbal. El jefe de gabinete del Gobierno de Guadalajara, Hugo Luna, escribió un escueto “eres un imbécil” y la lista de ofensas creció inexorablemente.La penosa anécdota es preocupante.Todavía ayer lunes 4 de junio el secretario general de Gobierno, Roberto López Lara, precisó que el personaje fallecido, Francisco Carvajal, laboraba como inspector sanitario en el Ayuntamiento de Guadalajara y perdió la vida “en una agresión directa” contra su persona. Esa sola expresión ya es indicativa en el lenguaje que sistemáticamente han manejado durante la actual administración. Y como siempre, “las investigaciones continuarán”.Quizá se trata de un mecanismo psicológico de defensa. Cuando de hechos violentos se trata, se tiende a suponer que suceden en otros lugares: quizá en Oaxaca, Puebla, Guerrero, Tamaulipas o Michoacán. Pero ocurren también aquí y alcanzan incluso a las familias de quienes figuran como candidatos y personalidades del ámbito político.Pero un somero análisis permite constatar, otra vez, que la colaboración entre las autoridades estatales es mínima o nula. Y más cuando se mezcla una campaña electoral.Como siempre: ¿Si eso le puede ocurrir a una persona relacionada con el poder, qué le espera al ciudadano común?Desafortunada decisión la de Castro Reynoso al escribir ese tuit. No menos equivocado el mensaje de Hugo Luna y lamentables las agresiones que, vestidas de crítica indignada, se desparramaron en esa red social.Por eso, claramente, la inseguridad y la violencia aumentan: quienes deben evitarlo, lo promueven.(jonas@informador.com.mx / @jonaspalestra)