Bien dicen que la realidad supera por mucho a la ficción.El gobernador del Estado, Enrique Alfaro Ramírez, realizó este lunes una gira en Lagos de Moreno y Ojuelos. En el primer punto, el mandatario aprovecharía la ocasión para destacar que las cifras de algunos delitos se redujeron. Pero mientras estaba todo en preparativo, la realidad en la zona conurbada de Guadalajara marcaba otra agenda: cinco homicidios violentos mientras los niños y adolescentes volvían a clases.De hecho, el fin de semana volvió a ser extremadamente violento: 21 personas fallecidas en diferentes eventos. Toda una cifra, si se considera que el Presidente Andrés Manuel López Obrador determinó que la Guardia Nacional empezara a operar aún sin leyes reglamentarias y con apenas un brazalete encima del uniforme militar, después del múltiple homicidio ocurrido en Minatitlán, Veracruz, la noche del Viernes Santo, con 14 víctimas fatales.Alfaro Ramírez anunció que San Juan de los Lagos albergará una base de operaciones para la Guardia Nacional, y ésta quedará concluida y lista para iniciar operaciones durante la primera semana de julio. Como están las cosas, qué lejana se ve esa fecha.Debe decirse claro: el Gobierno del Estado está totalmente rebasado. Igual los municipios.No hay manera. Puede ocurrir cualquier cosa, y las cifras van y vienen. Hoy día, lo que llama la atención es que la cantidad de personas fallecidas por actos violentos no pasen de cinco. Por encima de eso, es “normal”.A estas alturas, se ha mencionado ya varias veces: fue un tremendo golpe el que recibió la imagen del Gobierno estatal el pasado jueves 25 de abril, cuando ocurrió el feminicidio fuera de Casa Jalisco, y que le costó la vida a Vanesa Gaytán. Pero el punto no es responsabilizar al gobernador porque afuera de su casa oficial ocurran estas cosas; la cuestión es que llegamos a un nivel de descomposición tan evidente que no son útiles las órdenes de restricción; las mujeres están indefensas en cualquier lugar, incluido uno donde hay vigilancia permanente, y no hay indicios de que se cuente con una ruta concreta para avanzar en medio de un oscuro panorama.Si al Gobierno de Andrés Manuel López Obrador se le han hecho reclamos por la seguridad, por más que él alegue se trata de “posturas conservadoras”, el Gobierno de Jalisco y los municipios no pueden hacerse a un lado. Ellos también apoyaron el proyecto de Guardia Nacional, y aunque faltan todavía las discusiones y aprobación de tres leyes reglamentarias, no podemos olvidar que una de las líneas generales de trabajo es que tanto los gobiernos estatales como los municipales se reconocen obligados a brindar seguridad y mantener vigente la operación de sus fuerzas de seguridad y las estrategias para brindar protección a los ciudadanos.Y no. Que quede claro otra vez: No pueden alegar que la violencia contra las mujeres es un fenómeno ajeno a las estructuras gubernamentales. Y tampoco pueden decir, con una simplicidad que parece cómplice, que tantos asesinatos se deben “al reacomodo” de las organizaciones criminales.