Pablo Lemus ganó por partida doble con su propuesta de verificación gratis. El costo -emberrinchar a un mandatario en el crepúsculo de su poder- es menor frente a lo capitalizado en la arena electoral. La verificación vehicular gratuita era un balón suelto y un factor de disgusto entre la población, sobre todo en el AMG (recordemos que ciudades pequeñas no verifican). Lemus se adelantó y atrapó la pelota desde el segundo día de campaña, el sábado, a través del anuncio en sus redes. Con esto protegió un flanco débil de su candidatura y le quitó una bandera a la morenista Claudia Delgadillo que anunció lo mismo, pero sin gran efecto, el domingo en Plaza de la Liberación. Lemus colocó además el primer tema de discusión mediático de la campaña. En sucesivas entrevistas y mensajes, Delgadillo, con un discurso deshilvanado que le empieza a caracterizar, dijo que afinación sí, pero verificación con costo no, sin explicar ni profundizar. La prianista Laura Haro también intentó subirse a la ola en una barca de plomo. Propuso que a cambio de reciclar, los automovilistas acumulen puntos para que se les condone o descuente el costo de la verificación vehicular. Con el anuncio, Lemus también se desmarcó de Enrique Alfaro. Da para una sabrosa discusión de café si era o no el momento. Importa en todo caso que a Lemus, en sus cálculos, le urgía mostrar desde el segundo día de campaña que él no es lo mismo que el gobernador. Hay una razón. Los positivos de Alfaro están en el interior del Estado. En Tecolutla de Montenegro lo aman, pero en el AMG arrastra más negativos, en donde Lemus aventaja a Delgadillo. A diferencia de 2012 en donde la contienda se definió a favor del PRI por los votos del interior, ahora el fiel de la balanza está en la metrópoli. La forma en que Lemus se desmarcó de Alfaro -golpe avisa- tiene una lógica pragmática y de autoafirmación. La reacción furiosa del mandatario le ayudó al candidato a enfatizar ese distanciamiento, “no somos iguales”, del inquilino de Manuel Acuña. Ahora, ¿el gobernador puede operar en contra de su candidato? ¿Para qué? ¿Para que sus rivales políticos ganen y auditen su Gobierno? Lo dudo. Ya no tiene mucho margen de maniobra. Hizo una apuesta y el niño le salió rezongón. En mi columna de ayer, titulada “¿Verificación gratis?”, intenté ofrecer un panorama, al margen del debate político, sobre los retos para la calidad del aire en el AMG. La verificación vehicular sólo es una parte, no la solución. Y actualmente el modelo no funciona. Sobre el incentivo para cumplir con una verificación sin costo, el candidato Lemus me indicó que la ligaría al refrendo y el subsidio sería de 280 MDP, no los mil 153 MDP que aseguró Alfaro. La propuesta sigue firme y me adelantó que ampliará detalles próximamente. La idea es replicar el modelo de Nuevo León en donde la verificación es gratuita. Sin embargo, eso tampoco ha generado un alto nivel de cumplimiento y la política de Samuel García ha tenido más tropiezos que resultados. Importan las formas y la política, pero más las propuestas y la técnica para solucionar la polución en la metrópoli. No debemos acostumbrarnos a respirar aire contaminado dos de cada tres días. jonathan.lomeli@informador.com.mx