Cómo me gustaría que en las mesas que convoca el gobernador Enrique Alfaro se incluyera por lo menos a una persona que tuviera un poquito de sentido común y de criterio para la toma de decisiones que nos afectan a todos los jaliscienses. No creo que sea difícil y el deseo es porque siempre hay algo que no checa o que de antemano la ciudadanía sabe que no funcionará o generará polémica, en la que nos enfrascamos siempre, por cierto, aun cuando sabemos que más pronto que tarde llegará una buena regañada y la descalificación inmediata a pesar de que las críticas y las observaciones se hagan para aportar. ¿A qué voy? Ahora sí que, por partes. Ayer terminó el periodo del segundo botón de emergencia de este año que se prolongó, junto con el primero, prácticamente durante un mes, más o menos del 16 de enero al 12 de febrero. Se tomó la decisión porque, como nunca en diez meses, los números en Jalisco se dispararon: cientos de casos nuevos, más hospitalizaciones y más lamentables defunciones. Volvimos al semáforo rojo y ahora sí, que yo sepa, desde Casa Jalisco no se dijo ni pío. Terminó el plazo y ayer mismo el gobernador y algunos funcionarios de su gabinete detallaron el plan “Jalisco ante la pandemia. 2021: adaptación, convivencia y responsabilidad social” que tendrá una duración del 13 de febrero, es decir, a partir de hoy, al 15 de diciembre.Primero: no podemos bajar la guardia. Hay ligerísimas reducciones en los indicadores, pero nada para salir a las calles como si nada. No, por favor. En la medida de las posibilidades de cada quien, hay que quedarse en casa y seguir cuidándonos al extremo. Los números hoy son muy superiores a los registrados en noviembre pasado, por ejemplo. En otras palabras: la suspensión del botón de emergencia no quiere decir que volvemos a la vida de antes, no, en lo absoluto.Segundo: celebro dos cosas. El levantamiento de la prohibición para que adultos mayores ingresaran a comercios y diversos establecimientos. La prohibición es uno de los ejemplos de que las medidas siempre quedan mochas o con fallas. Se dio marcha atrás y sí, lo celebro. Y la otra cosa que me parece bien es que no habrá clases presenciales en el actual ciclo escolar. No es lo ideal, todo mundo ya está harto, pero no queda de otra. En ninguna parte del mundo el regreso a clases presenciales ha dado resultado, invariablemente se han tenido que suspender por el impacto negativo en la incidencia de la enfermedad. El “sí o sí” del gobernador, de que en agosto se reanudarán las clases presenciales, no se lo doy por bueno. No se trata de deseos o ganas, hay una pandemia que es real, está activa y no se puede saber si en agosto habrá condiciones. Hay que esperar.Tercero: la información estadística de la pandemia en Jalisco desde el principio ha sido deficiente; siempre hay diferencias entre lo que se manda a México y se difunde sobre Jalisco a nivel nacional y lo que se informa aquí. Las diferencias en la información dificultan la planeación y la atención de la pandemia como es debido, bueno, pues resulta que ahora no se darán a conocer los datos con regularidad (y aunque antes no eran perfectos, preferible así que como se plantea ahora). No me parece que sea lo más correcto. En un entorno de incertidumbres, lo que se requiere es eficiencia, seguridad y transparencia. La medida va contra eso totalmente.Cuarto: las fechas de evaluación no tienen nada qué ver con la forma en la que evoluciona una pandemia. Tuvimos oportunidad de aprenderlo el año pasado. Cinco días no eran suficientes para salvarnos de los contagios, para empezar. Las evaluaciones se tendrán que hacer antes, esta pandemia va de 15 en 15 días. Una revisión hasta el 15 de junio, contando desde mañana, implica cuatro meses que no sabemos cómo serán ni qué pasará cuando se atraviesan vacaciones, 10 de mayo y elecciones. Por favor, ojalá se reconsidere.Quinto y último: urge un mejor mecanismo de comunicación de las medidas. No todas las personas tienen acceso a internet como para bajar el documento de 63 páginas. Hay detalles para los comercios, las industrias, el uso de parques y otros espacios públicos, el acceso a los servicios religiosos, en fin, ¿cómo se hará llegar a todos y cada uno de los jaliscienses esta información? De entrada, que los adultos mayores sepan, todos, que ya no les van a impedir la entrada a una tienda o a un súper a comprar sus víveres y que no serán maltratados.Vamos a ver cómo evoluciona esto y ojalá prevalezca el sentido común y se rectifique sobre la marcha si es lo que se requiere.lauracastro05@gmail.com