Acabamos de presenciar un capítulo más de la famosa novela mexicana “los narcos también lloran”.En el capítulo anterior vimos como toda la fuerza y el poder del estado se doblegaban ante el chantaje criminal de los narcos, pues la captura de uno solo no valía la vida de innumerables familias tomadas como rehenes.Cuando esta interminable novela cobraba fuerza, la delincuencia creciente de Sinaloa había ya creado una verdadera cultura narca, donde los corridos desarrollaban una verdadera apología de este tipo de vida. Autores y cantantes no solamente elogiaban y volvían leyenda las hazañas de los traficantes, matones y delincuentes, sino que hasta formaban parte de su estructura.Mucha gente de Sinaloa cantaba por entonces “Alma enamorada” de Chalino Sánchez, y se “soñaban noche a noche dueños del amor” de los narcos, dispuestos a darles su vida si ellos lo hacían también.A Chalino lo mataron sus relaciones peligrosas y es hora que su asesinato sigue impune, pero Sinaloa y todo el país se mantiene inmerso en esa cultura, siendo muchos sectores los que se benefician de ella, y de muchas maneras la encubren y protegen.Pero una buena telenovela exige siempre del factor sorpresa y del suspenso, y así fue que, en vísperas de que los “reyes magos” tuvieran su cumbre en México, Ovidio fue finalmente capturado con fines de extradición. Afortunadamente, para él, había ya tenido tiempo más que suficiente para asegurarse la sucesión, un negocio de esas dimensiones no se deja a la deriva por un incidente policial. Ahora que, si no aprovechó la oportunidad, pues ya lo estarán resintiendo sus estructuras, y el reacomodo de los cárteles se hará inevitable.Las mentes inquietas han sugerido que la captura fue a pedido de un ilustre visitante, otras mentes más groseras han insinuado que el favor fue para otro cártel, y hay quien afirme que van uno y uno, aquí capturan a un hermano, por allá a un hijo, llegados a este punto, hasta la mamá de “El Chapo” corre peligro, pues el mundo de la política es mucho más chapucero.Lo lamentable de esta telenovela es que sus consecuencias trágicas no son ficticias, si como dicen es cierto que dicha captura costó la vida de treinta seres humanos y sometió a angustia existencial a todo Sinaloa.Estados Unidos, México, los cárteles, los gobiernos, la DEA, las fiscalías, los Congresos, todos acaban siendo parte de una misma estructura cuyas reglas internas seguimos sin comprender, advertimos que las hay, pero no entendemos su lógica, lo único cierto es que innumerables personas que militan en las fuerzas armadas, en la guardia nacional, en las policías estatales y municipales, son parte de un juego cuyo control no les pertenece, aunque expongan su vida día tras día en ese juego mortal.Vemos de igual manera el alcance destructivo que las adicciones tienen en la sociedad, y la manera en que las familias sufren no sólo por las adicciones sino también por la violencia desatada de la delincuencia organizada, unido a la permanente sangría económica sufrida a causa de chantajes, cobros de piso, pérdida de bienes y de personas, pero nada de eso nos ha hecho reaccionar hasta ahora, pensando que mientras a nosotros no nos pase nada, no hay porque molestarse.