La semana pasada iniciaron las campañas extraordinarias por la alcaldía de San Pedro Tlaquepaque y nadie podría estar más emocionado… que los partidos políticos.Ah, ¿Qué van dirigidas a los ciudadanos? ¿Qué la meta es animarlos a subirse por segunda ocasión en un año a la fiesta de la democracia? ¿Qué es un ejercicio inédito de participación ciudadana que debería emocionarlos? ¡Avísenles!Porque en una elección extraordinaria… No, espérense: en la más grande elección extraordinaria en la historia de Jalisco, el arranque de las campañas fue todo menos eso. De nuevo hubo acumulación de personas cuando la pandemia sigue cobrando vidas, de nuevo hubo discursos para tirarle al de enfrente, al de al lado o a los de arriba… y de propuestas… De eso luego hablamos.Imagínate que una de las promesas más grandes que se hicieron en San Martín de las Flores fue construir una unidad deportiva. ¡Una unidad deportiva! Nadie la habría visto venir.Otra candidata reunió a todos los que pudo para mostrar músculo y decirle a la gente lo que, dormido y despierto, cualquier político ha hecho siempre: No te voy a dejar solo, estamos unidos, mi compromiso es contigo, vamos juntos. Vota por mí, vota por mí, vota por mí.Lo que vimos en la extraordinariamente ordinaria campaña por Tlaquepaque, al menos en su arranque, ha sido una verdadera fiesta al ego. La democracia qué.Los imagino en sus respectivos cuartos de guerra: Vamos repitiendo la fórmula del triunfo: prometamos seguridad, prometamos salud, prometamos que todos los días salga el arcoíris, que se elimine la capirotada y que los cajeros automáticos arrojen billetes de 200 pesos a todo aquel que lo necesite. Porque, una vez más, por enésima ocasión, prometer no empobrece. Y como prometer no empobrece, ¿qué tal una dosis de vamos a cambiar la historia? O no, espérate, vamos prometiendo que no haya más chanclas tiradas en las calles… y de paso juntamos una o dos y las lavamos.Hace no mucho, y con tantita madre, escribí que la utopía de un proceso electoral de ensueño indica que privarían las propuestas con soporte técnico, con ejercicios de prueba y error basados en la experiencia y resultados de otros estados (o países) con realidades similares a la nuestra, y que habría propuestas que sugieran que la labor de Gobierno, ésa que con justa razón se encuentra en el sótano de la popularidad, realmente podría cumplir la razón por la que existe: servir a la gente.Pero la dura realidad, ésa con la que diario nos damos de topes, nos golpea con fuerza. El pulso que dio el inicio de esta campaña es exactamente el mismo que el de hace meses; el mismo de cada tres años, por lo que estamos a nada, a nada, en serio, de que empiecen las canciones horribles, la inútil pega de calcas a cualquier conductor que lo permita… o se descuide, y una inmensa cantidad de basura electoral en las calles de Tlaquepaque.Otra vez, los políticos en Jalisco hicieron lo que mejor sabe hacer: desprestigiar la política. Otra vez, los políticos de Jalisco sacaron la casta por sí mismos, por llegar al poder para marcar su territorio y luego ver cómo ayudar al ciudadano. Otra vez, la elección será tan ordinaria que el prefijo que la adorna es un completo insulto para nosotros.