Luego de todas las especulaciones por la salud del Presidente Andrés Manuel López Obrador, que se desataron después de que suspendió su gira dominical por el Estado de Yucatán, donde supervisaba las obras del Tren Maya, y por el anuncio presidencial de designarlo como su sustituto en la conducción de su rueda de prensa mañanera, muchos pensamos en la posibilidad de que el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, cancelara nuevamente su asistencia a la reunión entre el gobernador Enrique Alfaro y el rector general de la Universidad de Guadalajara, Ricardo Villanueva.Como lo consigné en el RADAR de ayer, esta reunión se empezó a cocinar desde el martes 11 de abril, en una visita que antes de irse de vacaciones hizo el mandatario estatal al titular de la Segob, días después de la muerte del ex rector y líder del grupo político que mantiene la hegemonía desde hace más de 30 años en la máxima casa de estudios de Jalisco, Raúl Padilla López.Un día anterior, el lunes 10 de abril de la semana santa, Alfaro había difundido una carta abierta en la que hacía una invitación condicionada al diálogo a las autoridades universitarias, tras “los últimos acontecimientos”, en referencia al fallecimiento de Padilla López, a quien luego de su último rompimiento como aliados políticos en 2021, reclamó tener secuestrada a la UdeG y reasignó 140 millones de pesos que estaban destinados para la terminación de la primera etapa del Museo de Ciencias Ambientales del Centro Cultural Universitario, que dirigía el también fundador de la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara.La presencia que finalmente se dio el secretario de Gobernación en la comida que inició ayer alrededor de las 15:00 horas en Casa Jalisco, sirvió para mandar señales al ámbito político nacional como al tema local del futuro de la UdeG. Por un lado, su salida de la Ciudad de México, buscó apaciguar las versiones de la gravedad de la salud del Presidente. Si estuviera tan delicado, la visita a Jalisco no hubiera sido posible. Y por el otro, quedó claro que el ya largo conflicto entre el Gobierno del Estado y el grupo político que controla la UdeG, está entre las prioridades del Gobierno de la 4T, al grado de ser atendido por Adán Augusto, una de las tres más fuertes “corcholatas” de López Obrador y que en la práctica está, desde el domingo pasado, fungiendo como encargado del despacho presidencial, mientras su paisano tabasqueño supera su tercer contagio de COVID-19. Tanto el gobernador como el rector general celebraron el encuentro, atestiguado por el titular de la Segob, que se da luego de la primera semana del regreso a clases a los campus universitarios en la que se registraron muestras de tregua de ambos lados, y que se ratificaron ayer en esta reunión en Casa Jalisco, que ambos, coincidieron será clave para el futuro de la UdeG y de Jalisco.jbarrera4r@gmail.com