Martes, 26 de Noviembre 2024

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Un subsidio, pero a qué precio

Por: Daniel Rodríguez

Un subsidio, pero a qué precio

Un subsidio, pero a qué precio

Para muchas personas el problema por el que atraviesa Ucrania con la invasión por parte de Rusia está muy lejano, sin embargo nos afecta directamente a todos y en donde más nos duele, en el bolsillo. Como consecuencia del conflicto los precios de la gasolina se han disparado -y con ello los precios de todos los productos se han incrementado-, aunque en México el costo ha sido amortiguado por los subsidios que la mantienen en un precio ‘accesible’ -que en un futuro desfortunadamente se revertirá y se resentirá-.

En algunos países de Europa el litro de gasolina ha llegado a los dos euros -alrededor de los 45 pesos-; en California -el estado más caro de Estados Unidos- el galón (3.78 litros) ya casi llega a los 6 dólares -alrededor de 120 pesos-. La situación ha provocado, no solamente el alza generalizada de precios, sino que se llegue hasta las cortes judiciales para decidir sobre demandas, como la que entablaron estaciones de gasolina de British Petroleum (BP) y Shell en Waukesha, Wisconsin, en contra de un competidor que mantiene precios considerablemente con la media del mercado, violando la Ley de Ventas Desleales del estado. 

En California, el miércoles pasado el gobernador, Gavin Newsom,  anunció una propuesta que otorgaría a todos los residentes del estado 400 dólares para compensar los altos precios de la gasolina, con un máximo de 800 dólares a quienes tengan más de un auto, además de recomendar que todos los servicio de transporte públicos sean gratuitos durante tres meses, lo que significara una inversión presupuestal de 9 mil millones de dólares.

Hace una semana la Secretaría de Hacienda y Crédito Público de México hizo el anuncio que el gobierno absorberá la totalidad del impuesto especial sobre producción y servicios (IEPS), por lo que los precios de la gasolina y el diesel no aumentaran a pesar de los incrementos en el costo del petróleo.

La medida pretende suavizar los efectos de una galopante inflación, aunque de acuerdo con especialistas en el tema, la medida solamente beneficia a un 20 por ciento de la población, la que tiene mayores ingresos y que consumen más carburante, no tanto al resto de la gente que destina un bajo porcentaje de sus ingresos a los consumos de las gasolinas.

Sin embargo, lo grave son los riesgos en las finanzas públicas. El año anterior en México lo recaudado por medio del IEPS fue inferior a los pronósticos, y ahora con este subsidio será más severo lo que se dejara de percibir, que en el futuro mediato afectará al presupuesto federal, al de los estados que reciben un porcentaje de esos impuestos y los municipios que es una de sus principales -sino es que la más importante- fuente de ingresos. Concluyendo, es un subsidio que beneficia hoy al bolsillo, pero a qué precio para el futuro.

Pero hay que tomar en cuenta que estamos en la antesala de la revocación de mandato y de elecciones estatales en seis entidades, lo que se puede interpretar -la aplicación de subsidios- como un cálculo político dirigido desde la principal oficina de Palacio Nacional, sacrificando el ingreso federal y asumiendo las consecuencias, pero ganando en la simpatía de la masas que lo idolatran. ¿Usted, qué opina?.

daniel.rodriguez@dbhub.net

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