Son ochocientas las cajas que contienen centenares de miles de fragmentos, algunos minúsculos, hallados en los escombros que llenaban las ruinas de una casa romana, en cuyos muros también estaban todavía partes de los magníficos frescos que adornaron la mansión de un potentado de la primera mitad del siglo I aC. Desde abril de este año, un equipo de especialistas se dedica a armar un gigantesco rompecabezas para recuperar las pinturas murales que decoraban una superficie de alrededor de 220 metros cuadrados. Los restos recuperados están en muy buen estado de conservación, así que reconstruir los frescos será cuestión de paciencia y de tiempo.Desde 2013 los arqueólogos del Museo de la Antigüedad de la ciudad provenzal de Arlés comenzaron a trabajar en la que llaman “la casa de la Arpista”, pues lo que les llamó la atención fue una pintura de gran tamaño, bastante completa, que representa a una mujer tocando el arpa. Desde la conquista de las Galias por Julio César, Arlés fue una ciudad romana importante debido a su ubicación estratégica sobre el río Ródano, vía de intercambios comerciales.La casa de la Arpista la construyeron entre los años 70 y 50 aC, aun antes de que Arlés cobrara la importancia que luego tendría, artesanos llegados de Italia. Su plano, a la manera romana de la República tardía, tenía al centro un gran patio con su impluvium para captar el agua de la lluvia, y las habitaciones dispuestas alrededor; los muros eran de mampostería, había tejados sobre los techos y pisos de ladrillos pequeños colocados como espigas (opus spicatum).Actualmente se puede visitar en Arlés la sala de exposiciones temporales del museo* donde están los arqueólogos trabajando en hileras de mesas, para ir ubicando pedacito a pedacito las partes de los diferentes murales.**La directora del proyecto por parte del museo, Marie-Pierre Rothé, dice que al parecer la casa fue derrumbada unos veinte años después de su edificación, aunque se preservaron los muros con los frescos en la reconstrucción posterior. A lo largo de periodos sucesivos, parece que fueron tres las fincas construidas en el mismo predio. Por su parte, el codirector de los trabajos, Julien Boislève, experto del INRAP*** en murales y estucos, afirma que el tipo de decoraciones de la casa sólo se había encontrado en Pompeya, sobre todo en la llamada “villa” de los Misterios, pero no en Francia, donde resulta una novedad. En el salón principal, donde está la arpista, el mural más importante representa una galería de personajes de un cortejo báquico. Las figuras son de gran tamaño (“megalografías”) y están colocadas sobre pedestales, con un trasfondo bermellón. Esta sección será estudiada en 2022.Boislève señala que “es exactamente como un rompecabezas… salvo, claro, que no tenemos el modelo original del cual partir, ni todas las piezas, lo que significa que es un trabajo muy paciente. Es un gran esfuerzo, pero tenemos la suerte de contar con gran cantidad de piezas de la decoración de buena calidad, lo cual es inusitado”. *Musée Départamental Arles Antique: http://www.arles-antique.cg13.fr/
