El aspirante más popular para ser candidato republicano a Presidente de los Estados Unidos enfrenta un juicio por delitos en contra de su propio país. Este hecho inédito sería un asunto llamativo por sus connotaciones legales y políticas, pero se convierte en un tema de la mayor importancia para nosotros los mexicanos, ya que se trata de una persona que podría volver a ejercer el poder con sus conocidos sentimientos antimexicanos.Mucho se ha escrito sobre las razones que impulsan la popularidad del ex Presidente, pero se puede decir que él personifica el descontento de los segmentos de la población más afectados por la profunda transformación tecnológica, industrial y de la información que cambió la tradicional forma de vida en la nación vecina. Tomó las banderas de la causa de la restauración de un pasado inalcanzable, lanzando teorías conspirativas cuyas historias imaginarias han llenado el vacío que produce la dureza de la sociedad contemporánea. Esas historias lo alcanzaron ahora hasta llevarlo a los tribunales.Su pensamiento pasa por la intención de desmantelar un supuesto “Estado Profundo” encarnado en el establecimiento político de Washington, para implantar un gobierno restaurador de una hegemonía impuesta por encima del orden interno y externo que tanto le incomoda. Su narrativa pasa por desacreditar a los otros, a los que no son blancos conservadores tradicionales, y entre ellos destacan los millones de inmigrantes latinos, que con visión supremacista son víctimas de un desprecio desafiante, por parte de corrientes conservadoras, logrando así hacerse con la popularidad de millones de sus compatriotas.Trump encabeza un movimiento potente que luchará por el poder en una contienda democrática, pero ya ha dado muestras de ser capaz de cruzar los límites legales, y por eso enfrenta cargos que los podrían llevar a la cárcel. En los próximos meses veremos una contienda que acentuará la, ya de por sí, profunda polarización política en Estados Unidos, en un proceso que ahora se encamina hacia una competencia muy cerrada.Los mexicanos de allá y los de aquí, involuntariamente nos hemos convertido en parte de la narrativa en esta lucha política y, por las razones que se quiera, también estamos divididos. Este hecho puede tener consecuencias sociales y políticas que ahora no alcanzamos a ver, pero a las que debemos estar muy atentos.Aparentemente si Trump es antimexicano, los mexicanos sólo podríamos tener una posición en su contra, pero también es cierto que hay muchos compatriotas de aquí y de allá que le respaldan. Para muestra, hay que observar cómo en Texas hay un segmento amplio de ciudadanos de origen mexicano que le respaldan abiertamente y como en California pasa lo contrario. Y aun aquí, no deja de haber comités en su favor que cabildean en la Ciudad de México.Fue muy costosa la experiencia de lidiar con él como candidato y más como Presidente. Más allá de cuestiones de coyuntura, el uso de la fuerza es la herramienta favorita para la negociación de los halcones republicanos de Trump. Por eso resulta vital el fortalecimiento de las instituciones diplomáticas y del tejido de los intereses favorables a México en Estados Unidos. El año próximo tendremos tormentas y las agendas electorales de allá influyen acá: la migración, la crisis del fentanilo, la agenda industrial y el cambio climático son temas potencialmente explosivos. Quienes se encaminan aquí hacia la Presidencia deben tener clara la tormenta que viene, y por ende obligación de tener herramientas para lidiar con ella.Las imágenes de Trump frente a los tribunales no quitan el riesgo, sino que posiblemente lo incrementan. Dicho de otra forma: la mayor parte de los mexicanos, como la nación misma, estamos en la cancha de juego actuando, queramos o no, ya no somos solamente espectadores allá y aquí, porque hay un peligro para México en el horizonte. Así que las disputas electorales de 2024 también implicarán por primera vez, que se tome posición frente a este hecho. Por eso desde la campaña electoral, que de hecho, aquí ya ha comenzado, llega la hora de tener una posición mexicana más sólida e inteligente, ya que los riesgos también abren las oportunidades.luisernestosalomon@gmail.com