El segundo concierto de la Primera Temporada 2022 de la Orquesta Filarmónica de Jalisco (OFJ), la noche del jueves en el Teatro Degollado, significó un paso al frente en la era del ensamble con José Luis Castillo Rodríguez como director artístico.A diferencia del inicial, de corte conservador, el programa del segundo fue más audaz. Desprovisto de obras de los repertorios clásico y romántico, con los que el oído de la mayoría del público está más familiarizado, este se confeccionó a base de obras de compositores franceses, modernos -de principios del Siglo XX- e impresionistas, pródigas en sonoridades poco usuales hasta entonces. (“Me gusta tanto la música -decía Debussy-, que trato de liberarla de las tradiciones estériles que la ahogan”).La respuesta del público, como en la velada anterior, fue positiva. Lo fue en asistencia, pero principalmente en calidez: contra las reglas de la etiqueta, hubo aplausos espontáneos al final de los movimientos primero y tercero, más una salva especialmente entusiasta y prolongada como epílogo de la Sinfonía No. 2, Op. 55, de Saint-Saëns.Las dos obras iniciales del programa -las Fanfarrias “de El Rey Lear”, de Debussy, y “de la Péri”, de Dukas- evidenciaron la solvencia de los metales de la OFJ. La citada sinfonía de Saint-Saëns -particularmente la fuga a tres voces del primer movimiento- y la suite de “Mamá la Oca”, de Ravel, que cerró la velada, propiciaron el lucimiento de las cuerdas.A reserva de nuevas ocasiones para comprobarlo, seguramente la experiencia permitió a Castillo tomar nota de la sensibilidad, la disciplina y la ductilidad del ensamble.El programa, como de costumbre, se repite este domingo, en la misma sala, a partir de las 12:30 horas.*Fe de erratas: en la reseña del concierto anterior, donde decía “trombones -en alusión a algunos excesos de volumen, quizá más imputables al director que a los músicos- debió decir “trompetas”...“Oído de labrador”, diría Sergiu Celibidache. O motivo para recordar a Juca Chaves -humorista brasileño- cuando aseguraba que un familiar suyo “Era tan buen músico, que una vez interrumpió el ensayo de su orquesta para señalar que ‘La segunda trompeta, donde tocó La bemol, debió ser Si mayor’...”.-Señor -le aclaró el concertino-, la segunda trompeta no vino.-Ah, bueno -remachó el director-; pues avísenle cuando venga.En todo caso, “Mea culpa, mea culpa...”.jagelias@gmail.com