Con los cambios realizados hasta ahora, el gabinete de Andrés Manuel López Obrador ha modificado su estructura. Ahora tiene dos jefes y… un bombero.Adán Augusto López, secretario de Gobernación, tendrá cada vez más las funciones de cabeza política del equipo.El propio presidente López Obrador ha dejado cada día más claro que la operación política del actual gobierno la va a realizar el ex gobernador de Tabasco. Obviamente, con las líneas que le dé AMLO.El nuevo secretario ha dicho, por su parte, que se convertirá no tanto en un secretario de Gobernación fuerte como en un secretario funcional.Hasta ahora, en toda su administración, López Obrador no había tenido un funcionario al cual le delegara todo lo que va a dejarle a Adán Augusto.En el pasado, algunas cosas las veía el Consejero Jurídico de la Presidencia, Julio Scherer y otras, la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero. Y aún otros temas eran delegados a más funcionarios. Ahora habrá una sola cabeza y un solo emisario en temas de gestión política del gobierno.La otra cabeza del gabinete será el secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O.Al igual que en el terreno político, hasta ahora, no había existido en el gabinete una sola cabeza en materia económica.Algunas cosas las veía el secretario Herrera, pero otras se delegaban a Alfonso Romo, jefe de la Oficina de la Presidencia hasta finales del año pasado, y unas más le tocaban incluso al propio Scherer Ibarra.Dos de los funcionarios que participaban en la conducción económica del gobierno y en la interlocución con el sector privado ya no están en el gabinete: Romo y Scherer.Ahora, Ramírez de la O será no solo el encargado de las finanzas nacionales sino el interlocutor fundamental para los empresarios. Pero, además, tendrá una influencia en el sector energético que no tuvo ninguno de sus dos predecesores.Bombero, lo sabe usted, es el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard.Se trata sin duda del funcionario más avezado que existe en el gabinete.Si se tratara de alguien que no tuviera la aspiración de ser candidato presidencial de Morena en el 2024, probablemente hubiera sido la elección de López Obrador para ponerlo en Gobernación.El problema con Ebrard es que se trata de uno de los aspirantes a la candidatura y no precisamente el que más guste a López Obrador.Sin embargo, AMLO no puede prescindir de él pues tiene la virtud de resolver problemas, cosa que pocos hacen en el gabinete.Así que, seguirá en su actual posición y seguirá funcionando como bombero ante casi cualquier incendio, por lo menos mientras no tenga que elegir entre seguir en el gabinete o contender por la candidatura presidencial.No sabemos hasta qué punto este modelo de organización del gabinete vaya a funcionar en el curso de los próximos años, o si va a crujir en los siguientes meses, pero sin duda será diferente respecto a lo que tuvimos en los primeros años del actual gobierno.Ya veremos.