La invalidación de la orden de aprehensión contra el gobernador saliente de Tamaulipas, el panista Francisco Javier García Cabeza de Vaca, por los delitos de delincuencia organizada y lavado de dinero; el cambio de las medidas cautelares que permitieron la salida, tras tres años presa en el penal de Santa Martha Acatitla, de Rosario Robles, acusada del presunto desvío millonario por la llamada Estafa Maestra en las secretarías de Desarrollo Social (Sedesol) y Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu); y todas las críticas negativas que le ha generado la aprehensión del ex titular de la ex Procuraduría General de la República, Jesús Murillo Karam, por el caso de los 43 estudiantes desaparecidos de la Normal Rural de Ayotzinapa, por “fraguar” la “verdad histórica”, son sin duda nuevos tropiezos en la errática conducción de la Fiscalía General de la República (FGR) que ha realizado el insostenible Alejandro Gertz Manero.Además de alegar su inocencia, el acusado gobernador argumentó en su momento que se estaba violando, con ese mandamiento judicial, el fuero constitucional del que gozaba. Por eso la semana pasada que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) le dio la razón, aunque no lo exoneró de las acusaciones, el gobernador señaló a Gertz Manero de haber utilizado a la FGR como instrumento político de Morena para sacar ventaja en el proceso electoral del año pasado en Tamaulipas, donde ganó, curiosamente, el candidato morenista Américo Villarreal.En el caso de Robles, la FGR ni siquiera se opuso al cambio de medidas cautelares que por fin acabaron con la injusta prisión preventiva que le dictaron en agosto de 2019, que para muchos obedeció a una venganza directa del Presidente Andrés Manuel López Obrador y que bajo una lógica de justicia selectiva aplicó Gertz, por los videos que se filtraron en 2004 en los que aparece René Bejarano, operador de AMLO, entonces jefe de gobierno de la CDMX, recibiendo fajos de billetes del empresario argentino, Carlos Ahumada, quien entonces mantenía una relación de pareja con Robles Berlanga.Finalmente la intempestiva detención de Murillo Karam con endebles elementos de prueba para acusarlo de tortura, de delitos contra la administración de la justicia y desaparición forzada, para montar la llamada “verdad histórica”, confirmaron la actuación por consigna del fiscal. Y es que el rigor aplicado en estos tres casos y en otros que involucran a adversarios de la 4T, dista mucho del trato permisivo que la FGR emplea cuando se trata de funcionarios o familiares del Presidente, e incluso de figuras relacionadas con el crimen organizado.La semana pasada, pues, fue de terror para Gertz Manero, cuyo prestigio se sigue hundiendo por su comportamiento faccioso y por sus muy malos resultados en la disminución de los casi niveles absolutos de impunidad que reinan en el país y que constituyen uno de los principales factores para el crecimiento de la delincuencia y la crisis de violencia que han crecido en el gobierno amlista.jbarrera4r@gmail.com