Salvo el diputado priista Carlos Miguel Aysa que sí se pasó del lado morenista y votó a favor de la reforma eléctrica del Presidente Andrés Manuel López Obrador, el bloque opositor PAN-PRI-PRD, fortalecido por los diputados del partido Movimiento Ciudadano (MC), e incluso por un diputado del partido Verde que dio la espalda a la 4T, pasó la prueba y cumplió su objetivo de origen de ser un contrapeso al no dejar pasar la también conocida como “Ley Bartlett” y frenar así la aplanadora morenista que en la pasada Legislatura federal aprobó sin cambiar una coma, todas las iniciativas enviadas por el Ejecutivo.Si bien hasta el momento no se sabe de cañonazos tipo moches para comprar votos de opositores a billetazos como se acusa que hizo el gobierno del priista Enrique Peña Nieto para aprobar sus reformas, entre ellas la eléctrica que fallidamente quisieron derogar, sí trascendieron los premios presupuestales para sus entidades, presiones y amenazas de la 4T a varias diputadas y diputados opositores para que apoyaran la reforma de AMLO. Alentador sin duda que el bloque opositor no se rompió pese a estas viciadas estrategias que, aunque indebidas, se dan siempre en las disputas de poder.El reclamo de traidores a la patria que ayer el Presidente les hizo desde su rueda de prensa mañanera a las y los 223 diputados que enterraron su iniciativa, confirmaron el segundo domingo consecutivo de malas noticias para él: primero una consulta de revocación desairada y antier su primer revés ante el Poder Legislativo en lo que lleva de su gestión. Descalabro que poco cura la aprobación fast-track que hizo ayer la fracción mayoritaria de Morena y sus aliados de la iniciativa de López Obrador para reformar la Ley de Minería y nacionalizar el litio, como advirtió que la enviaría como “plan B” si rechazaban su reforma eléctrica.La buena noticia para la vida pública y política del país es que el que el partido del Presidente no haya alcanzado los 334 votos que necesitaba para alcanzar la mayoría calificada que avalará esa reforma constitucional, es que puede significar un despertar de la oposición que obligue a elevar el debate parlamentario para las reformas en materia electoral y de seguridad respecto a la incorporación de la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa, que también tiene como prioridad el gobierno de López Obrador.En ese sentido, ojalá también el Presidente caiga más en la cuenta que estar a 56 votos de la mayoría calificada lo deben obligar a atemperar sus tentaciones autoritarias que afloran cada que pide que sus iniciativas pasen intactas, sin negociación alguna con los partidos opositores e ignorando los ejercicios de parlamento abierto donde sólo se simula escuchar a los especialistas pero se ignoran sus observaciones como para con la malograda reforma eléctrica, con la que se pretendía volver a privilegiar a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) frente a los inversionistas privados que entraron al negocio de la generación eléctrica. La postura del todo o nada del Presidente y de la 4T cancelaron la posibilidad de eliminar las condiciones leoninas dadas a algunas empresas extranjeras en la pasada administración y que son dañinas para el país. Ojalá, pues, venga más apertura del Gobierno federal luego de ver electrocutada su iniciativa por un bloque opositor que sacó al Poder Legislativo de la degradación y del sometimiento al Poder Ejecutivo.jbarrera4r@gmail.com