A un mes de la elección que decidirá si Donald Trump se reelige o Joe Biden se convierte en Presidente, el panorama del proceso luce bastante agitado. Los acontecimientos políticos, los estudios de opinión y ahora el virus del COVID-19, poco a poco colocan al hombre del cabello naranja acorralado.Su desempeño en el primer debate, buscando ser agresivo e insultante, provocó una reacción negativa del sector más moderado de los electores. La postulación de Amy Coney Barrett como juez del tribunal supremo y su contagio de la enfermedad a la que despreció atizan a la opinión pública en su contra. Dadas las características del sistema electoral de los Estados Unidos donde la elección se decide por votos electorales concentrados en los estados, la situación merece repasarse para tener una perspectiva más precisa de lo que puede suceder.En ese sentido los estados que inclinarán la balanza son aquello en donde la mayoría aun no parece definida entre los que destacan por su importancia en votos Florida, que aporta 29 votos electorales, Texas con 38, Pensilvania 20, Ohio 18, Georgia 16, Arizona 11 y Nevada 6. Se requieren 270 votos electorales para ganar la elección y con los estados que se consideran definidos Biden tendría 226 mientras Trump tendría 125 y están por decidirse 187 entre los que están los ya referidos antes. En todos ellos las minorías tienen una especial importancia.Los afroamericanos parecen inclinarse en un 80% por Biden mientras los hispanos lo respaldan en promedio en 60%. Los mexico-americanos mantienen un respaldo de 70% a los demócratas. Pero las cifras se vuelven más interesantes si se analizan en los territorios en los que se desarrollarán las batallas decisivas, que son ciudades y condados que en la elección anterior apoyaron a los republicanos y ahora están plena disputa.Quizá los más significativos están: por una parte en Florida, donde las minorías de origen latinoamericano están muy divididas con los cubanos, venezolanos y colombianos con mayor respaldo a Trump y los mexicanos, puertorriqueños, dominicanos y otros parecen más proclives a Biden.Las comunidades cercanas Tampa, Orlando y Miami serán decisivas, y si Florida es capturado por los demócratas podría ser el punto que marcara la victoria para Biden. Por otro lado están las comunidades mexico-americanas de Arizona, específicamente las del condado de Maricopa y en la ciudad de Tucson en donde se levanta un creciente apoyo a Biden, si estas logran movilizar a los votantes Arizona se pintará de azul.En Georgia los suburbios de Atlanta con una amplia población de color, y con una población mexicana de más de 350 mil personas de las cuales podrían votar 30 mil también serán determinantes. De cara a la elección están identificados 206 condados que votaron por Donald Trump en 2016 después de votar por Barack Obama en 2008 y 2012.En conjunto, Trump ganó estos condados estratégicos por más de 580.000 votos. En estos 206 condados se decidió la elección anterior y muchos de ellos están situados en los estados referidos, mientras que ahora hay otros más en lugares como Nevada, donde la tendencia favorece a Biden. Ante este panorama el presidente ha amenazado con no acatar el resultado aduciendo irregularidades en el voto por correo, sembrando dudas sobre la eficacia del sistema postal.Como lo escribe acertadamente José Sarukhan en su último artículo publicado, en algunos estados el cómputo de los votos por correo se dará hasta iniciado el proceso de votación y por ende los resultados llegarán tarde, lo que abre la puerta a alegatos mediáticos que siembren dudas. El presidente Trump está acorralado, ahora enfermo con la perspectiva de perder la elección y es ahora cuando será mucho más impredeciblemente peligroso para la democracia, el estado de derecho y la defensa de la libertad.